La
Federación Democrática del Norte de Siria, conocida coloquialmente como
Kurdistán sirio, Rojava o Norte de Siria, es una región autónoma de
Oriente Medio constituida por tres cantones con un amplio autogobierno
en Siria septentrional: el Cantón de Afrin, el Cantón de Jazira y el
Cantón de Kobanî. Wikipedia
Superficie: 50.000 km²
Forma de gobierno: Confederalismo democrático
Ciudad más poblada: Hasaka
Capital: Qamishli
Moneda: Libra siria
Superficie: 50.000 km²
Forma de gobierno: Confederalismo democrático
Ciudad más poblada: Hasaka
Capital: Qamishli
Moneda: Libra siria
Carlos Taibo
La guerra de Siria ha generado un puñado de efímeras alianzas contra natura. En virtud de una de ellas, y de resultas de su repentino interés en la lucha contra el Estado Islámico, EEUU ha tolerado, y en su caso ha apoyado, la existencia de un islote revolucionario en Rojava, una región septentrional con mayoría de población kurda. Al amparo de ese islote, y del llamado confederalismo democrático, se ha perfilado una economía autogestionaria, en franco rechazo del capitalismo y del socialismo de cuartel, las mujeres han pasado a desempeñar un papel central en la lucha por la emancipación y, de la mano de una actitud respetuosa de sabidurías ancestrales, se ha preservado una relación fluida con el medio natural. Sean cuales sean los defectos del modelo de Rojava, que no tiene un carácter étnico ni religioso, está a años luz de lo que defienden los monarcas de los petrodólares, los dictadorzuelos locales y ese gendarme regional al servicio de nuestra miseria llamado Israel.
Hoy parece que las cosas vuelven a su cauce y que Estados Unidos no duda
en respaldar en Rojava una acción militar de Turquía que se antoja el
enésimo hito del genocidio kurdo. Fácil es concluir que la solidaridad
con Rojava no va a llegar de los gobiernos de EEUU, de Rusia o de la UE.
Es tarea que nos toca a nosotras. No fallemos. Nos va mucho en el
envite.
DdA, XV/4299
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