Félix Población
El presidente del Gobierno en
funciones viaja hoy a Barcelona para visitar a los agentes policiales heridos (uno
de ellos de suma gravedad) en las algaradas callejeras que se han vivido en
Cataluña. Que Sánchez vaya a Cataluña y que no coincida con Torra en la visita
a esos agentes heridos parece indicar que el honorable president no tiene
intención de condenar enérgica y rotundamente la violencia independentista,
como le pide don Pedro desde Madrid en una carta.
Mientras esto no ocurra, Quim
Torra seguirá sin ser atendido por La Moncloa en sus repetidos intentos de comunicación
telefónica: Quins collons!, manifiesta al parecer cada vez que no obtiene respuesta. Y después se lo comenta a su tutor, acomodado en Waterloo.
Mientras, el tsunami de encuestas que está propiciando la cita electoral
próxima –nunca tantas de ese carácter, que yo recuerde- describe un crecimiento inusitado y hasta
hace poco imprevisible de la extrema derecha, a la que después de los comicios
municipales y autonómicas se la creía en auténtico declive.
En esos últimos
sondeos demoscópicos no entran por su proximidad temporal las imágenes de esa
Barcelona en llamas que de modo tan intensivo han ocupado la atención de
algunas canales de televisión durante horas y horas, algo insólito en los
medios de comunicación audiovisuales de nuestro país, que jamás ocurrió -antes al contrario- con la prolongada actualidad en el pasado de la kale borroka vasca.
Lo cierto es que, a media que
transcurren las semanas y nos acercamos a la fecha de las urnas, el partido en
el Gobierno pierde escaños, crece de modo sorprendente el Partido Popular -con todo
su historial de corrupción a la espalda-, se la pega Ciudadanos con un impacto
que le costará la cabeza a su tornadizo líder, y se mantiene Unidas Podemos,
con un ligero decrecimiento, proporcional con los escaños que se le otorgan al
Partido de Errejón. Hay encuestas que aproximan a Vox a la tercera plaza, por
encima de UP, y otras que se limitan a que supere a Ciudadanos.
A
falta de tres semanas para el 10 de noviembre, y sin que sepamos la deriva que
dará de sí Cataluña con esa falta de diálogo entre Sánchez y Torra por el
cerrilismo de ambos, sería aconsejable que el patrioterismo electoralista de
aquende y allende el Ebro diera paso al seny. De lo contrario, con los restos
de Franco por los aires camino de Mingorrubio –al estilo de aquel Cristo de
Fellini en La dolce vita que me recuerda mi amiga Reme-, este país llamado España, al que
queremos plurinacional y republicano, asistirá a la sólida resurrección del
neofranquismo aquende el Ebro, cuarenta años después. En Madrid, Andalucía y Murcia ya lo están notando.
HACE DIEZ AÑOS "NOS CEPILLAMOS EL ESTATUT"
DdA, XV/4313
No hay comentarios:
Publicar un comentario