Ana Cuevas
Ya
es oficial. Los españolitos/as volveremos a votar el próximo diez de
noviembre.¿Qué cara se les queda? A mí, personalmente, me ha dado un
mini brote psicótico.¡¿Por qué señor?! Las izquierdas habían ganado las
elecciones a una derecha desnortada y más dividida que nunca. Las urnas
expresaron la voluntad de que los partidos progresistas se entendieran
para dar solución a los problemas que de verdad afectan a la ciudadanía.
Entonces, ¿qué carajo ha pasado?
Albert
Plá nos da algún indicio. El controvertido artista se ha plantado
delante del Congreso con una pancarta que exige controles de alcohol y
drogas entre los diputados. Pocas risas. Su cafetería expende cubatas,
"güisquises" añejos y buen vino a precios irrisorios. Al parecer, sus
señorías se ponen finos por cuatro euros antes de entrar a hacer sus
"faenas". Hay algo que chirría. A cualquiera de nosotros, pobres
mortales, nos está totalmente prohibido consumir alcohol en horas de
trabajo. Si se considera un peligro, y un delito, conducir borracho un
automóvil... ¿no debería estar prohibido conducir "achispado" las
riendas del destino de un país?. ¡Viva el vino!
El caso es
que, en vez de votar una vez cada cuatro años como manda el protocolo,
llevamos cuatro años repitiendo curso por no saber votar bien. Lo dice
Sánchez. El bello Pedro despeja el balón de su responsabilidad (o mejor
de la falta de ella) hacia el área del respetable. Sois vosotros, no yo-
insiste con el mismo empecinamiento con el que sorteó las posibilidades
de formar gobierno- los que tenéis que afinar un poco más el voto.
Para resumir: ¡votadme a mí estúpidos!
En
caso contrario, seguiremos insistiendo hasta que aprendamos a votar
como el Partido Socialista y los orondos bemoles de Sánchez mandan. A
ver si aprendemos.
En este país hay gente que vota con más
frecuencia que con la que practica sexo. Según como se mire. Porque
votar cada año a causa de la supina incapacidad de nuestra clase
política no deja de ser una jodienda continua. Y total, para nada.
Jodidos
estamos y sin soluciones contra los desahucios que siguen
produciéndose. jodidos con el pertinaz paro. Jodidos frente a una
Memoria Histórica que se vilipendia y sigue sin reparar la dignidad de
las víctimas.
Hace solo unos días murió Ascensión Mendieta.
Yace por fin junto a su padre al que desenterró con sus propios medios
de una fosa remota. Un tribunal argentino le dio la razón, y el corazón,
que le negó su propia patria. Mucha vergüenza.
Bien jodidos
estamos con una sanidad y educación públicas donde meten sus zarpas a
diario toda clase de bucaneros y piratas. Chingados y re-jodidos por una
corriente privatizadora que acabará externalizándonos el alma.
En serio señorías, ya no podemos soportar tanta matraca.
A
estas alturas, las Cortes se disuelven mejor que un cola-cao. Es
cuestión de práctica. Se me ocurre sugerir que no vuelvan a reunirse
hasta que aprendan a convivir con sus propios grumos y con los ajenos.
Y, por supuesto, que no cobren hasta que dejen de echarnos la culpa de
su fracaso a los españoles y españolas y asuman su fracaso absoluto.
Lo de los controles anti-dopping que propone Plá, también me parece buena idea.
Porque
hay que estar como cubas para cagarla tanto sr. Sánchez. Al menos eso
sería una penosa excusa. La otra posibilidad es un ego como la catedral
de Burgos. Igual es eso.
¿Saben a quién añoro de verdad en
estas Cortes? A nuestro querido "abuelo" José Antonio Labordeta
mandándolos a todos y todas a la mierda.
Pero mira, una vez más, somos nosotros los que estamos metidos hasta el cuello en ella.
¡Hala! A volver a votar hasta que salga lo que ellos quieran.
DdA, XV/4281
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