En la columna que este modesto diario dedica a las novedades bibliográficas (Puntos de Página) que merecen la atención de este discreto Lazarillo, la última de las reseñas publicadas es la del interesante libro del filósofo y profesor de la Universidad de Québec Alain Deneault, en cuya lectura estoy: Mediocracia. Cuandos los mediocres toman el poder. Aprovecho la inserción del artículo de Pascual Serrano que sigue, publicado hoy en eldiario.es, Errejón, noticias y humo, para citar una vez más Deneault: Las
aspiraciones mediocres que cada vez más pueblan nuestra sociedad estan
dando como resultado una ciudadanía de mediocres, representada asimismo
en mucho de los líderes políticos que la representan. Para los
poderosos, la persona mediocre es el individuo medio a través del cual
pueden transmitir sus órdenes y establecer su autoridad sobre una base
más firme. De ahí que los poderosos cultiven, a través de una influencia
mediática cada vez más concentrada bajo su dominio, la mediocridad.
Pascual Serrano
El anuncio de Más Madrid de presentarse a las elecciones generales del próximo 10 de noviembre ha generado unas reacciones que solo se explican desde la contaminación que los formatos mediáticos han generado en la sociedad. Me explico. Nuestro sistema informativo ha desarrollado un ecosistema dominado por la fascinación por la novedad, la inmediatez, el personalismo y la superficialidad. Los temas importantes deben ser nuevos, para usar ahora mismo, con cara famosa y no hace falta profundizar mucho. En una sociedad suficientemente madura democráticamente, una propuesta política debería ser todo lo contrario: un proyecto preparado con antelación, con un programa elaborado, debatido por un colectivo y que analizara y explicara en profundidad la situación de la sociedad y desarrollara alternativas.
Lo de Errejón es la antítesis de todo
ello. Es un producto que se ajusta perfectamente a la cosmovisión
mediática: un partido nuevo, que lo consumiremos (podremos votarlo)
dentro de un mes, representado por una persona, sin programa político,
sin militantes fuera de la Comunidad de Madrid, sin estatutos estatales.
Hubo un tiempo que militantes y ciudadanos
debatían y atendían con expectación las propuestas de un partido sobre
la política laboral, la organización territorial, sus alianzas
internacionales, sus propuestas económicas... Más País, luego supimos
que se llamará así, ha mostrado que en la nueva política todo eso ha
dejado de ser importante. Lo que vale son los artificios de espectáculo.
Mercadotecnia y superficialidad. Desde la extrema derecha, con sus
toros, caza y denuncia de ideología de género e invasión LGTB; y, desde
la izquierda, con políticos estrella y exclusivas informativas sobre
nuevos partidos, nuevos pactos y nuevas coaliciones.
Mi
objetivo no es tanto criticar el proyecto Errejón como señalar la
preocupante realidad del entorno que lo favorece. Un entorno ciudadano
que, con su expectación a estas formas demuestra, en mi opinión, la
inmadurez de quienes olvidan la necesidad de crear organización, debatir
propuestas políticas y trabajar con constancia en un proyecto mantenido
en el tiempo. Las nuevas tendencias, precisamente en la izquierda, son
la 'fast política', el consumo rápido, el Tinder de la política. No
estamos para esfuerzos de reuniones, debates y conflictos. Algo nuevo
que nos entusiasme y, cuando haya un poco de conflicto, se tira y se
hace otro. Un ritmo trepidante que hemos copiado de las dinámicas
informativas y que, igualmente, alimentan estupendamente a esos
informativos. Decía una viñeta de El Roto "Gracias a las nuevas
tecnologías, me informo al segundo y lo olvido al instante". Esa es la
política que se ha instalado en la izquierda, creemos que está pasando
algo y que estamos haciendo algo, pero solo levantamos humo que se
olvida al instante. Es la dinámica de los informativos. Recuerdo cuando,
antes de la existencia de Internet, yo viajaba durante un par de meses a
sitios remotos donde no me llegaba información de lo que sucedía en
España, y pensaba que me estaría perdiendo un gran número de
acontecimientos y sucesos. Lo pensaba porque durante dos meses en tu
país los medios te hacen creer que están pasando muchas cosas
relevantes. Pero, luego, cuando volvía, me daba cuenta que durante esos
dos meses no había sucedido nada de interés, que todo estaba como lo
dejé.
Mientras la izquierda crea partidos, los
fragmenta, los coaliga, los vuelve a crear, fragmentar y a confluir, la
política de los que mandan sigue invariable con su IBEX35, su Banco
Mundial, su FMI, su OTAN, su OCDE, su CEOE. Mientras unos están hechos
de hormigón, nosotros cada vez somos más etéreos porque solo somos humo
en movimiento. Pero como es movimiento y salimos en las noticias creemos
que somos algo y que nos movemos. Pero el humo, aunque lo parezca, no
mueve nada, solo adopta formas que no alteran ni desplazan a nadie.
DdA, XV/4290
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