lunes, 16 de septiembre de 2019

ASCENSIÓN MENDIETA DEJÓ EN EVIDENCIA EL DESAMPARO DE LAS VÍCTIMAS DE LA DICTADURA

 La imagen puede contener: 1 persona, sentado, interior y primer plano

 Cuando se haga la deplorable historia del olvido que ha pesado y pesa sobre los muertos sin sepultura, víctimas de la represión ejercida por las tropas del dictador que gobernó España durante casi cuatro décadas, Ascensión Mendieta tendrá un lugar preferente como símbolo de una lucha por la verdad, justicia y reparación de todas esas víctimas, entre las que se encontraba su padre. Acaba de fallecer Ascensión, pero antes logró el objetivo que se había propuesto: inhumar dignamente los restos mortales de su progenitor, con los que reposarán finalmente los suyos en el cementerio civil de Madrid, tal como quiso. Como dice Emilio Silva, su ejemplo deja en evidencia la impunidad del franquismo y el desamparo en que han vivido y siguen viviendo muchas de sus víctimas:

La muerto Ascensión Mendieta. En la imagen está velando el cuerpo de su padre, Timoteo Mendieta, después de una enorme lucha por encontrar su cuerpo e identificarlo. Ningún Gobierno la ayudó a darle una sepultura digna. De niña tuvo la desgracia de abrir la puerta de su casa a los asesinos de su padre y decirles que estaba durmiendo la siesta.
Tuvo que soportar a presidentes y ministros diciendo que la sociedad ya se había reconciliado, que las víctimas ya estaban reparada, incluso a un portavoz del PP, Rafael Hernando, diciendo que había personas que sólo se acordaban de sus padres cuando había subvenciones.
Pero el amor por su padre, la fuerza de su dignidad y la lucha incansable le hizo seguir adelante. Cumplió 88 años a bordo de un avión que la llevó a Argentina donde pidió la justicia que nadie de daba en España. Así consiguió que desde Buenos Aires se llevara a cabo la exhumación de los restos de Timoteo, su padre, que fuera identificado y que ella pudiera darle un entierro digno en el cementerio civil de Madrid.
Su ejemplo deja en evidencia la impunidad del franquismo y el desamparo que han vivido y viven muchas de sus víctimas.

                     DdA, XV/4278                

No hay comentarios:

Publicar un comentario