domingo, 7 de julio de 2019

LA PATRONAL YA APUESTA POR LA REPETICIÓN DE ELECCIONES Y BIPARTIDISMO

Muy aconsejable la lectura del artículo titulado La hora terca que publica hoy en el diario La Vanguardia el periodista y analista político Enric Juliana. Recomendable leerlo en su totalidad, aunque pueda parecer demasiado extenso y quizá lo sea. Destaco del mismo este fragmento:

Iglesias quiere ser el primer dirigente situado a la izquierda del PSOE que entra en el gobierno de España desde los tiempos de la Segunda República. Quiere marcar un hito y romper un veto. Con la ayuda de ese hito pretende apuntalar Unidas Podemos, que estuvo a punto de estallar entre los meses de enero y febrero, tras el cisma de Madrid. La coalición es frágil territorialmente y Podemos no ha conseguido madurar como partido político. En estos momentos, Podemos es Iglesias y su capacidad de levantar 42 diputados en una campaña electoral en la que entró políticamente muerto y con la casa de Galapagar a cuestas. Podemos es una corriente liquida que podría acabar evaporándose. Errejón va a trabajar para que eso ocurra. Errejón quiere poner en pie un Podemos de segunda generación, basado en el ecologismo y en el pacto entre plataformas regionales. Iglesias y Errejón son ahora Ben-Hur y Messala en el Circo Máximo, Uno de los dos puede morir atrapado en las ruedas del otro.
Iglesias quiere estar en el gobierno para proyectar fuerza. Sabe que el Podemos ministerial sería objeto de una crítica feroz y constante, que le reforzaría. Las tormentas mediáticas han hecho crecer al personaje y al partido. El placaje constante les fortalece. La imagen de partido vetado por el poder es el principal capital de Podemos en estos momentos. Algunos estrategas de Madrid aún no se han enterado.


Sánchez no quiere un gobierno colonizado mediáticamente por Iglesias. No quiere escorarse tanto a la izquierda, después de haber recuperado por la izquierda el liderazgo del PSOE y alcanzado la presidencia del Gobierno. Quiere ocupar un amplio espacio central como Macron en Francia. Quiere tener vías de interlocución con la derecha. Quiere tener las manos libres ante lo que pueda ocurrir en Catalunya después de la sentencia. Quiere romperle las piernas a Rivera. Quisiera ser el presidente de España durante un largo ciclo.
Si Rivera no cede, si Casado no ofrece la abstención en el último minuto, si Vox no comete una surreal locura (podrían abstenerse para castigar a Rivera), si la Comunidad de Madrid no estalla, y si Iglesias no acaba aceptando, –ante la amenaza de repetición electoral–, una presencia miniaturizada de Podemos en la estructura gubernamental, la investidura no tiene salida.
¿Elecciones el 10 de noviembre? El PSOE rompiendo las piernas a Ciudadanos y a Podemos, consagrado definitivamente como el nuevo partido central. El PP reabsorbiendo a la mitad del electorado de Vox. El gran regreso del bipartidismo. He ahí un magnífico sueño para una noche de verano. La patronal CEOE ya apuesta abiertamente por la repetición de las elecciones.
Unas elecciones con la sociedad perpleja y cansada. Unas elecciones con más del 32% de la ciudadanía convencida de que la política es el segundo mayor problema del país después del paro (CIS de junio). Unas elecciones sin el miedo a Vox movilizando a la izquierda. Unas elecciones con Podemos victimizado como el partido vetado por el poder. Unas elecciones con la sentencia catalana encima de la mesa. El 16 de octubre se cumplirán dos años del ingreso en prisión de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, acusados de rebelión. Dos años es el tiempo máximo de prisión cautelar en España. Su prórroga exigiría un auto judicial bien fundamentado. Para ese día, el Tribunal Supremo quisiera tener emitida y publicada la sentencia.
Serían las elecciones de la sentencia catalana, a menos que el juez Manuel Marchena tuviese una especial comprensión por la estrategia de Moncloa.

             DdA, XV/4219             

No hay comentarios:

Publicar un comentario