Carmen Negrín, presidenta de Honor de la Fundación Juan Negrín,
recuerda a los españoles caídos en Normandía en 1944.
Félix Vidal
En estos días de ceremonias en conmemoración de los 75 años del “D Day”,
es decir del desembarco de los aliados sobre el suelo francés ocupado
por los nazis, falta entre los invitados una representación oficial, la española.
Estos eventos de memoria histórica todavía no incluyen
el homenaje a los soldados republicanos españoles caídos en NormandÍa.
Al igual que se incorporaron a la
resistencia, se sumaron a los ejércitos de las tropas aliadas,
participaron y contribuyeron al giro crucial para la liberación de casi
toda Europa del fascismo.
Este “olvido" se debe sin duda a varios elementos. El primero, al
hecho que Franco había decidido quitar la nacionalidad española a los
exiliados, haciendo de ellos unos apátridas. Ese decreto fue reconocido
tanto por la Tercera República francesa como por el gobierno inglés que
se habían apresurado en reconocer como jefe del gobierno al dictador y
siguieron haciéndolo aun cuando se instauró un gobierno republicano en
el exilio. Años después, las Naciones Unidas admitieron que el gobierno
del dictador era ilégitimo por deber su existencia a las fuerzas
nazi-facistas, sin embargo las naciones democráticas seguían sin
reconocer el valor de estos soldados vueltos fantasmas.
Entre tanto han pasado 75 años y aunque estos soldados, o por lo menos sus descendientes, han podido recuperar la nacionalidad que nunca se les debía de haber quitado, siguen en el limbo, sin reconocimiento oficial, ni por parte de España, ni por parte de los aliados. Una excepción notable y reciente: la Nueve.
Posiblemente, este olvido se debe a la fallida transición que no dio la importancia requerida a la Memoria Histórica: España no parece haber tomado conciencia que también sus hijos, cierto no todos, tuvieron algo que ver en la liberación de -casi toda- Europa y en su construcción.
En el Memorial de Caen no hay mención de los republicanos espaloles caídos durante el desembarco en Normandía, sin embargo si uno entra en los cementerios canadienses, americanos, franceses de Normandía, los primeros apellidos que aparecen son apellidos españoles.
Recordémosles.
En recuerdo de Manuel Otero, nacido en la parroquia de O Freixo, en Outes (A Coruña) en 1916. Soldado de infanteria de la Div. Big Red One. Muerto en Omaha al intentar abrir paso a su pelotón. Era maquinista naval en la marina mercante y combatió en el Ejercito Popular Regular de la República Española, fue herido grave en Brunete. Hecho prisionero al final de la guerra, pasó por campos de concentración diversos. De regreso en Galicia, escapó en un barco mercante a Estados Unidos, encontrando acomodo en Nueva York. Escribió a su familia con esperanza en el futuro. Alto, fuerte, con experiencia militar y valor demostrado se alistó voluntario en el US Army en los dias de Pearl Hatbour. Se hizo respetar y querer por sus camaradas de armas que no le olvidaron nunca. El 6 de junio llegó a la playa de Omaha con su unidad,(16 regimiento de la Primera División de Infantería, la famosa Big Red One). Avanzaron bajo el fuego enemigo y fueron diezmados. Llegados a las dunas del fondo de la playa, Manuel Otero y su pelotón cortaron las alambradas y trataron de avanzar tierra adentro. Fue de los primeros en hacerlo y una mina le destrozó a él y a otros camaradas. Su nombre está recogido en el monolito que la división erigió en aquel lugar. Años más tarde se le recordó en su Outes natal. La España oficial no es lo bastante democrática para recordarle, para sentirse en deuda con él y ofrecerle reconocimiento oficial, civil y militar como merece. Dicen que España está ausente en Normandía. Pero no lo está. Está ausente de sí misma. No olvidemos a Manuel OTERO.
Entre tanto han pasado 75 años y aunque estos soldados, o por lo menos sus descendientes, han podido recuperar la nacionalidad que nunca se les debía de haber quitado, siguen en el limbo, sin reconocimiento oficial, ni por parte de España, ni por parte de los aliados. Una excepción notable y reciente: la Nueve.
Posiblemente, este olvido se debe a la fallida transición que no dio la importancia requerida a la Memoria Histórica: España no parece haber tomado conciencia que también sus hijos, cierto no todos, tuvieron algo que ver en la liberación de -casi toda- Europa y en su construcción.
En el Memorial de Caen no hay mención de los republicanos espaloles caídos durante el desembarco en Normandía, sin embargo si uno entra en los cementerios canadienses, americanos, franceses de Normandía, los primeros apellidos que aparecen son apellidos españoles.
Recordémosles.
EN RECUERDO DE MANUEL OTERO
Pedro García Bilbao
En recuerdo de Manuel Otero, nacido en la parroquia de O Freixo, en Outes (A Coruña) en 1916. Soldado de infanteria de la Div. Big Red One. Muerto en Omaha al intentar abrir paso a su pelotón. Era maquinista naval en la marina mercante y combatió en el Ejercito Popular Regular de la República Española, fue herido grave en Brunete. Hecho prisionero al final de la guerra, pasó por campos de concentración diversos. De regreso en Galicia, escapó en un barco mercante a Estados Unidos, encontrando acomodo en Nueva York. Escribió a su familia con esperanza en el futuro. Alto, fuerte, con experiencia militar y valor demostrado se alistó voluntario en el US Army en los dias de Pearl Hatbour. Se hizo respetar y querer por sus camaradas de armas que no le olvidaron nunca. El 6 de junio llegó a la playa de Omaha con su unidad,(16 regimiento de la Primera División de Infantería, la famosa Big Red One). Avanzaron bajo el fuego enemigo y fueron diezmados. Llegados a las dunas del fondo de la playa, Manuel Otero y su pelotón cortaron las alambradas y trataron de avanzar tierra adentro. Fue de los primeros en hacerlo y una mina le destrozó a él y a otros camaradas. Su nombre está recogido en el monolito que la división erigió en aquel lugar. Años más tarde se le recordó en su Outes natal. La España oficial no es lo bastante democrática para recordarle, para sentirse en deuda con él y ofrecerle reconocimiento oficial, civil y militar como merece. Dicen que España está ausente en Normandía. Pero no lo está. Está ausente de sí misma. No olvidemos a Manuel OTERO.
"En
su opinión, ¿cuál es la nación que más contribuyó a derrotar a Alemania
en 1945?". Siempre me entusiasmó este gráfico, el cambio de la opinión
pública según pasaron las décadas. En cada aniversario del Desembarco de
Normandía, con su consecuente desembarco informativo, me acuerdo de él.Varían un poco las fuentes, pero se calcula que la Unión Soviética
perdió alrededor de 10 millones de combatientes y 16 millones de
civiles. El 14% de su población. EEUU, Reino Unido y Francia se
dejaron conjuntamente menos de un millón de personas y, eso sí,
toneladas de metraje cinematográfico. Jesús Moreno
DdA, XV/4192
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