Pako González
"(...)
Lo puedes publicar pero cuando hayamos fallecido mi marido y yo, por
aquí solo lo saben algunos vecinos de confianza. Nosotros sabíamos donde
estaban enterrados porque Chano Tadeo
nos los dijo, él estaba en la Brigada cuando lo sacaron de casa la noche
del 9 de noviembre del 36. Mi padre era comunista y estaba en el
partido desde hacía algunos años, trabajaba colocando tuberías por el
norte de la isla, era un un hombre bueno, yo recordaré siempre sus besos
de despedida cuando salía a trabajar de madrugada aunque estuviéramos
dormidas, se acercaba despacito, no hacía ruido con sus alpargatas, yo
algunas veces estabas despierta y mantenía los ojos cerrados, me gustaba
aquel besito en la frente, su caricia en mi mejilla. Olía a tabaco
negro, a tierra embarrada, a flores de lavanda salvajes. Sufrimos mucho
cuando se lo llevaron para siempre, pero desde que nos enteramos donde
lo habían asesinado y enterrado decidimos sacarlo algún día, no podíamos
permitir que lo dejaran allí, sabíamos que los gobernantes actuales
jamás nos dejarían sacar sus restos, estos son los hijos y nietos de los
criminales, por eso jamás se hará justicia en Canarias con tantas miles
de personas de bien asesinadas. Por eso nos organizamos mi marido, mi
hija y yo para recuperarlo. Fue la noche del 5 de abril del 85, dejamos
la furgoneta cerca del Cruce con la Presa de Acusa y nos echamos a
caminar barranco abajo, llevábamos unas mochilas por si la Guardia Civil
nos hubiera visto, para que se pensaran que eramos senderistas. No nos
costó mucho encontrar la fosa, solo seguimos las indicaciones de Tadeo,
los pinos centenarios estaban al lado del camino y a la derecha la
Fuente de Trujillo. Cavamos la tierra con las picaretas y a menos de un
metro aparecieron los huesos, creíamos que podía haber más camaradas
pero solo estaba mi padre, allí vimos su esqueleto que estaba colocado
boca abajo, yo reconocí su pitillera, los restos de su boina, me dio por
acariciar su cabecita, por darle besos, tenía un agujero en la nuca del
tiro que le dieron aquellas bestias del demonio, por un momento me olió
a tabaco negro, a flores de lavanda, parecía que nos esperaba tras
haber pasado tantos años allí sólito, perdido en el pinar en aquella
tierra que tanto trabajó. Guardamos los restos en varias bolsas, los
metimos en las mochilas y regresamos. Al día siguiente lo enterramos
junto a los cuatro dragos que el mismo plantó, allí cerquita de la
playa, por donde se pone el sol rojo cada tarde..."
Fragmento de la entrevista a Edelmira X el 8 de mayo de 1991 en el Puerto de las Nieves (Agaete).
Nota del autor: Aunque mi promesa fue publicarlo cuando falleciera esta entrañable pareja del norte de Gran Canaria, decidí esperar unos años, he optado por preservar su intimidad y no poner sus apellidos, así como tampoco el lugar exacto de la fosa.
Imagen: Ilustración de la exposición sobre la Memoria Histórica, obra de José Ramón Urtasun, que se exhibió en el Parlamento de Navarra.
DdA, XV/4199
Nota del autor: Aunque mi promesa fue publicarlo cuando falleciera esta entrañable pareja del norte de Gran Canaria, decidí esperar unos años, he optado por preservar su intimidad y no poner sus apellidos, así como tampoco el lugar exacto de la fosa.
Imagen: Ilustración de la exposición sobre la Memoria Histórica, obra de José Ramón Urtasun, que se exhibió en el Parlamento de Navarra.
DdA, XV/4199
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