lunes, 17 de junio de 2019

LAS FUTBOLISTAS NO ESCUPEN EN EL CÉSPED


Félix Población

Me gusta ver el Mundial de fútbol femenino que se está celebrando en Francia y que creo se televisa por primera vez en España. Me encanta comprobar que los empeños de aquella niñas que querían practicar en nuestro país este deporte en los colegios y tenían dificultades para hacerlo, están consiguiendo lo que hace años parecía una caprichosa reivindicación. 

Con estar España con un cierto retraso con respecto a esta práctica, al lado del nivel adquirido en Francia o Estados Unidos, llama la atención que en un partido celebrado no hace mucho entre el Atlético de Madrid y el Barcelona se juntara hasta 60.000 espectadores en el Metropolitano para disputar un determinado trofeo. Ciertamente, al lado de esto, hay clubes de fútbol como el Real Madrid que todavía parece que no se han enterado sobre las posibilidades competitivas del fútbol femenino. 

De momento, ante el espectáculo deportivo que están dando las mujeres de los diversos países contendientes en Francia, cabe destacar varias cosas. La primera y fundamental es que ellas  están demostrando unas apitudes para la práctica del fútbol que, con no ser tan virtuosas o técnicas como en los hombres, son más que prometedoras, y en eso va a jugar un papel clave la práctica y posibilidades de entrenamiento que tengan las mujeres, dado que acaban de salir como quien dice a los terrenos de juego. 

La segunda tiene que ver con el fair play. Es elocuente la exquisita y combativa limpieza en la disputa del balón, con muy pocas faltas y muchas menos aún merecedoras de tarjeta. Relacionada con esta característica está la carencia de histrionismo, tan pródiga entre los varones cuando son pateados de mala manera y se revuelcan por el césped como posesos de herida mortal las más de las veces. 

Y por último, algo a lo que jamás me podré acostumbrar en el fútbol masculino y que me produce una inevitable repugnancia: si entre los hombres es bastante habitual el escupitajo, lapo, moco o gargajo, que en ocasiones es recogido en primer plano por las cámaras de televisión, ni una sola de estas guarradas he podido apreciar en el futbol entre mujeres, al que aseguro un brillante porvenir.Y por brillante no considero el gran circo mediático y espectáculo/negocio que viene siendo desde hace bastantes años el mitificado fútbol de los varones. 

                      DdA, XV/4201                    

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