martes, 25 de junio de 2019

LAS DIMISIONES EN CIUDADANOS Y EL PARTIDO DE VALLS


Félix Población

Lo que está ocurriendo en Ciudadanos denota hastá qué punto el partido que nació con su líder al desnudo en Cataluña, se está quedando desarropado de las falsas galas ideológiocas que en su día lo arroparon como una formación con hechuras de centro-izquierda, más propias para competir con el Partido Socialista que con el Partido Popular. 

Era por ahí, ciertamente, por donde Ciudadanos tenía trayecto transitable y por donde ha dejado de ir desde que se frustró aquel empeño de gobernanza con el PSOE al que renunció Podemos porque ya se sabía de qué pie cojeaba el partido naranja. Desde que aquello no pudo ser, el conflicto de Cataluña ha llevado al partido de Rivera a una derechización sin disimulo con tal de restarle votos al Partido Popular. 

Embebido en esa pugna por ganar el liderazgo de la derecha, para lo cual no ha tenido reparo en servirse de la ultraderecha para ganar el gobierno de Andalucía y  los de la Comunidad y posiblemente el Ayuntamiento de Madrid con el Partido Popular como socio preferente, un solo objetivo guía al líder del partido naranja, el mismo que quiso entenderse con Pedro Sánchez hace unos años: atacar al que fue su aliado. 

Con ello, Ciudadanos ha perdido las galas que lo vistieron de falso centro-izquierda para convertirlo en socio de una derecha radicalizada por la extrema derecha. Todo esto, además, ha venido ocurriendo sin que se levantaran voces críticas en el interior del partido, al menos de modo público. Hasta que Manuel Valls Galfetti se hizo notar con su disidencia.

El ex primer ministro llegado de Francia para apuntalar el proyecto de Rivera en Barcelona, se ha encargado de denunciar el fraude. Fue después de que lo hiciera y no antes cuando se produjeron las dimisiones de tres pesos pesados de Ciudadanos cuyo criterio coincide con lo expresado por Valls acerca de la extrema derechización del partido: Toni Roldán (miembro de la ejecutiva), el eurodiputado Javier Nart (fundador del partido) y Juan Vázquez, número 1 de Ciudadanos en Asturias. 

Ojo. No van a ser los únicos que abandonen la nave porque hay guirigay a babor. Valls es un nombre a tener en cuenta para un partido de centro-derecha a la europea y para quienes, con él, apetezacan una formación política que rechace todo entendimiento con la ultraderecha.



El artículo de Monedero: Lo patético no es que el poder presione a Rivera para que Podemos no entre en el gobierno y derogue la reforma laboral o suba el salario mínimo o haga real la transición ecológica o actualice las pensiones o reinvente la universidad pública o la sanidad pública. Lo patético es que Sánchez, que está ahí por la moción de censura que le organizó Iglesias, que ha ganado las elecciones con un discurso por la izquierda y que prometió que no iba a pactar con Ciudadanos, está otra vez mintiendo. Mintiendo a sus bases, a sus votantes y a Podemos. No está bien que un Presidente de gobierno sea un mentiroso. Menos aún cuando estamos escribiendo la posibilidad de hacer las cosas de manera diferente. Va a ser verdad que hay una maldición que dice que el PSOE, cuando se trata de gobernar para las mayorías, siempre miente. Por lo menos, hasta que deje de hacerlo. Que ojalá sea pronto. Lease+en Público

                       DdA, XV/4209                     

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