jueves, 20 de junio de 2019

EL SUCIO ATAQUE PERSONAL A MARTA FLICH DEBERÍA OBLIGAR A INDA AL RETIRO

Félix Población

Vaya por delante que no me gusta el programa de Cuatro TV que se emite desde hace unos pocos meses a la hora de la siesta en ese canal. Considero, eso sí, muy dinámica la agilidad crítica de sus cuatro presentadores bajo la presencia tutelar de Risto Mejie, una de esas personalidades mediáticas de las que se sirve la televisión como foco de atracción para un determinado espacio. 

Todo es mentira consiste en divulgar las trolas que se dan sobre todo en política, por lo que es de extrañar que un programa de esta naturaleza haya tardado tanto en inventarse, cuando tantas y tan sonadas son las falacias en la política española desde hace decenios. Cierto que nunca con la desfachatez de ahora, por parte de determinados partidos ya entroncados con la mentira en su currículum. 

Con no gustarme el formato de este programa, que me parece hace de la información espectáculo como tantos otros y donde todo lo que se cuenta parece estar envuelto en el aire de una exclusiva sensacionalista desde el primer minuto, Todo es mentira tuvo el arrojo de desenmacarar no hace mucho las cloacas del periodismo, algo que debería hacerse con más frecuencia porque están bastante saturadas de una mierda tan añeja que forma ya mucha y dura costra. 

Por ellas circula con suma soltura y muy al natural el tal Inda, al que Mejide no ha dejado de criticar con toda razón y pruebas durante las últimas semanas, hasta que el aludido acabó por reaccionar del modo torpe y zafio que acostumbra: Marta Flich, actriz y economista presentadora de Todo es mentira, tuvo una breve relación con Jaime Martínez-Bordiú, el nieto menor del dictador Francisco Franco, hace más de diez años, relación a la que -según el periódico de Inda- debe la citada todo cuanto ha logrado. 

En el mismo programa de Mejide se dio contundente respuesta a "eso", con la consiguientes opiniones de apoyo y repulsa de periodistas y políticos, pero lo que habría cabido esperar es que también aquellos medios que cuentan con Inda en sus tertulias se hubieran hecho notar sobre la cuestión. ¿A qué espera, por ejemplo, ese dechado de periodismo llamado Ferreras, que se hace lenguas de su práctica, para dejar de contar con quien parece le une algo más que los platós de televisión? 

Puestos a poner los puntos sobre las íes al respecto, suscribo por entero este lúcido fragmento del artículo que firma en el diario Público Diana López Varela (El nieto de Franco fue pareja de una demócrata feminista): "Marta Flich, licenciada en Economía por la Universidad de Valencia (pública) con Máster en Comercio Internacional por la Universidad de Deleware, también pública, es firme defensora del Estado del Bienestar y del reparto justo de la riqueza. La economista acaba de publicar el libro Necroeconomía en el que explica cómo la utilización mercantilista y oportunista de las desigualdades está haciendo ricos a unos pocos y pobres a la gran mayoría, gracias a las políticas privatizadoras de los años de gobierno del PP y a la “barra libre” de los bancos rescatados con dinero público. En su libro, la economista también advierte de que no habría existido esta economía necrológica, de la muerte, si no hubiese habido medios de comunicación que, instalados en la política tuitera de la desinformación y la creación de fake news generan dinero en base a la desgracia ajena. Medios que viven por y para desacreditar, panfletos que se lucran de la pústula y la convierten en bandera porque el periodismo sale demasiado caro". 

Entre esos medios, añado, está La Sexta, mientras La Sexta cuente, y además por partida doble, con sujetos que se nutren de la pertinaz y continuada falsedad informativa y contribuyen con ello -por la cobertura que se les da precisamente en La Sexta y otros medios- al desprestigio de una profesión de cuya dignidad depende nada menos que la de la propia democracia.

PS. Habría sido deseable que El Intermedio, el programa más libre de ese canal y de parecida factura a Todo es mentira, hubiera tenido el detalle de solidarizarse con Marta Flich y no guardar un ominoso silencio.

                    DdA, XV/4205                 

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