viernes, 10 de mayo de 2019

RUBALCABA ACABÓ CON ETA Y NUNCA SACÓ PECHO POR ELLO


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Hace muy bien Ángel S. Harguindey en firmar lo que sigue hoy en el diario El País acerca de Rubalcaba, sobre todo cuando afirma que como vicepresidente segundo del gobierno y ministro del Interior nunca sacó pecho por haber acabado, en octubre de 2011 en que se dio por vencida, con la mayor lacra de los últimos cuarenta años en este país: ETA y su largo río de sangre. Dice Harguindey y suscribe este Lazarillo:

Si se pudiera definir con una sola palabra a la mayoría de la clase política española sería "hipocresía", es decir: "fingimiento de sentimientos, ideas y cualidades, generalmente positivos, contrarios a los que se experimentan". Es lo que está sucediendo con la agonía de Alfredo Pérez Rubalcaba, probablemente uno de los políticos más brillantes, honestos y eficaces que hemos conocido desde la muerte del dictador.
Ya se sabe que en política lo que se afirma hoy se desmiente mañana, que la inflexibilidad puede ser sinónimo de totalitarismo pero ver y escuchar a los líderes conservadores elogiar a Rubalcaba después de los años de insultos y calumnias que le dedicaron, de las denuncias ante la justicia, sobrepasa los límites de la decencia. Conviene recordar que en julio de 2011 a raíz del llamado "caso Faisán", el PP elaboró un informe con el revelador título "El jefe directo de los imputados por colaboración con ETA era Rubalcaba". Tiempo después la Audiencia Nacional exculpó a los dos policías procesados por colaboración con la organización terrorista, ya que consideró que la finalidad del chivatazo fue no entorpecer un proceso que había en marcha para lograr el cese de la actividad de ETA. El 20 de octubre de 2011, la banda terrorista ETA anuncia el cese definitivo de su actividad armada. Rubalcaba era Vicepresidente segundo y ministro del Interior. Nunca le escuchamos autoelogiarse o sacar pecho por haber consguido acabar con esa lacra, nada que ver con esa mezquina mediocridad de quienes permanentemente se atribuyen el falso éxito económico de "haber sacado a España de la crisis" cuando en realidad han dejado el país como un sembrado en el que aumentó la desigualdad, se han recortado los derechos sociales, se ha empobrecido a la mayoría y enriquecido a la minoría, se ha saqueado la hucha de las pensiones y se han volatilizado más de 40.000 millones de euros en los rescates bancarios.
Cuando Rubalcaba se despidió de la política activa, y ante los elogios que le dedicó Durán i Leida, no pudo por menos que afirmar que "los españoles somos gente que enterramos bien". Está claro que los del PP son españoles y mucho españoles, como señaló el casi añorado Rajoy.

Léase@también: El día en que ETA se topó con Rubalcaba.
+@Rubalcaba, el hombre que sabía 
No es poca gloria marcharte, en un país de políticos, reyes, empresarios y curas ladrones, dejando el recuerdo de hombre político, generoso en su entrega, entregado a lo público. Y humilde en lo sencillo (¡Él, que fue tan arrogante en las cosas de la razón de Estado!). Tan humilde como para regresar a sus clases, a volver a aprender, a sentir que no has entendido. Y luego, volver a enseñar lo que sabes a alumnos cuyos nombres olvidarás. Mientras el teléfono ya no suena. Y, como Fouché, esperas que alguien quiera escuchar tu última reflexión brillante. Pero el teléfono no suena. Rubalcaba crecerá con el tiempo. Que la tierra le sea leve. Juan Carlos Monedero

                       DdA, XV/4165                     

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