martes, 7 de mayo de 2019

LA MOSCA DE LA VIRGEN SEDENTE DE TORO


Lazarillo

En la amplia sacristía de la colegiata de Santa María de Toro encontrará el visitante esta singular pintura flamenca que algunos dicen se remonta a finales del siglo XV. Se cree que fue su autor Michiel Sithium y aunque este óleo sobre tabla de tan minuciosa factura se titula Virgen sedente con el niño, lo cierto es que se le conoce por La virgen de la mosca, en alusión al insecto que se puede ver en el manto rojo del personaje central, sobre la rodilla izquierda de María. Si este detalle es curioso en una pintura de estas características, más lo es lo que que se cuenta con relación a la extraña presencia de la mosca. Se dice que un discípulo del pintor al que se le atribuye la obra escuchó, una vez fallecido éste, que había quien dudaba de su autoría, por lo que el discípulo optó por pintarle la mosca, pues La Mosca era el apodo con el que era conocido el artista. La duda sobre su autoría, sin embargo, se trasladó a estudios y restuaraciones posteriores. En la de 1966 se llegó situar la creación de la obra entre 1518 y 1525. La última estudiosa, Elisa Bermejo Martín, en 2001, atribuye La virgen de la mosca al llamado Maestro de la Santa Sangre, un pintor anónimo de Amberes, discípulo de Quintin Massys, conocido por ese nombre por el llamado Tríptico de la lamentación que se conserva en la Capilla de la Santa Sangre, en Brujas. Se cuenta que la joven y rubicunda dama coronada que mantiene un libro en su regazo es la reina Isabel la Católica. Ignoro si después de todo esto, la mosca permanece detrás de la oreja acerca de la autoría de La virgen de la mosca.

                 DdA, XV/4162                  

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