miércoles, 1 de mayo de 2019

IDA VITALE LEYÓ VERSOS EN JUZBADO, VITAL Y CONMOVIDA


Félix Población

Nadie lo diría de Juzbado, el pequeño municipio salmantino situado a poco más de veinte kilómetros de la capital, en la margen derecha del Tormes, con su amplia vega y un paisaje característico de dehesa, entre peñas y berrocales salpicados de encinar. No llega a los doscientos habitantes este pueblo, pero hasta su plaza mayor, gracias al incansable quehacer y buena disposición de un alcalde comprometido con el desempeño cabal de su cargo, vino el pasado sábado nada menos que todo un Premio Cervantes de Literatura, recién entregado en Alcalá de Henares a la sobresaliente poeta uruguaya Ida Vitale (Montevideo, 1923), que se sintió gratísimamente impresionada por el lugar y la expectación con que fue recibida y escuchada en el transcurso de una cálida tarde primaveral .

El alcalde se llama Fernando Rubio (PSOE) y desde hace doce años está volcado en que la poesía se asome, suene y se inscriba en las calles del pueblo con la presencia y la voz de destacados autores. Tiene, en este sentido, algo de aquel celo republicano en que la cultura llegara al mundo rural cuando mucho más adversas eran aún sus circunstancias. Celo que debería persistir aunque las circunstancias sean otras.

Desde 2008, todos los años se celebra en la pequeña localidad salmantina una jornada titulada Juzbado Libro Abierto. En aquella ocasión la inició el excelente poeta leonés residente en Salamanca Antonio Colinas, a quien tuve la oportunidad de saludar en el acto del pasado sábado, con un poema de su libro La hora del agua. Desde entonces, Juzbado dispone para quienes lo visiten o sientan curiosidad por hacerlo de un recoleto paseo poético con versos de los autores más sobresalientes en lengua castellana.

Ida Vitale, que congregó más expectación que ninguno otro autor hasta ahora, despertó por sus comentarios una inmediata simpatía entre los lugareños y los varios centenares de visitantes que acudieron  a la localidad. A la poeta uruguaya se le dedicaron varias placas con sus versos, antes de que iniciara una breve lectura poética junto a la iglesia con poemas seleccionados de la antología publicada recientemente por Tusquets Poesía reunida.  Tras la lectura, fueron muchas las personas que solicitaron el autógrafo de la autora en los libros adquiridos.


La obra de Vitale, cuyo apellido hace honor a su persona, a su talante abierto  y a su vivacidad mental, ya fue muy valorada en su juventud por Juan Ramón Jiménez y José Bergamín. Compañera de generación de Mario Benedetti, al que lamentablemente dejaron sin Premio Cervantes las autoridades del Ministerio de Cultura de nuestro país, Ida Vitale es traductora y crítica literaria, además de autora de ensayos y otras obras en prosa, por la que me confesó sentirse más inclinada desde que leyó y admiró a Pérez Galdós. De entre los poemas que se incluyen en el libro citado, he seleccionado este que se titula Sinsonte y margaritas, muy propio para celebrar estos días al albor el recién llegado y vívido canto por los aires de plata de los ruiseñores en las alamedas, cantando por su especie/ como no lo hace el hombre:

De nuevo aquí el sinsonte,
el ruiseñor del día,
acróbata por los aires de plata. 
De nuevo es marzo,
para él feliz, y danza,
y en ese impulso vuelan trinos
desde el mástil muy alto,
el más cercano borde del azul,
vacila, los borda por segundos,
 recompone una malla,
tensa un vacío, mira con ojo exacto
las quietas margaritas
y vuelve, en un vuelo gracioso,
vigía sin paz,
a la misma, persistente atalaya
donde lo descubrí.
No le importa, sensato,
lo pasajero, lo que abajo pasa,
gente sin ton ni son,
sin música,
agobiada de urgencias.
Él canta por su especie
como no lo hace el hombre. 

                  DdA, XV/4156                   

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