lunes, 6 de mayo de 2019

EL KIOSCO DE PACHÍN DE MELÁS Y UN DIÁLOGU EN EL AIRE SOBRE EL ASTURIANO

Leo en la prensa asturiana que gracias a la iniciativa de Somos Xixón se va a reconstruir el kiosco de La Farola del escritor republicano Pachín de Melás (léase Diario del Aire), Emilio Robles Martínez, fallecido en la prisión de El Coto después de la ocupación de aquella ciudad por las tropas franquistas. En su nueva ubicación, en el misma Plaza del 6 de Agosto gijonesa, el kiosco modernista no va a hacer juego con el edificio que se ve al fondo de la imagen. En la información no se dice qué actividad desarrollará el establecimiento, después de haber sido en su tiempo lugar de encuentro y comentarios sobre la actualidad política y cultural, con uno de los más populares escritores asturianistas como animador.


En la revista Atlántica XXII, el escritor asturiano Pablo Texón publica hoy un artículo que por su contenido acerca de la cooficialidad del asturiano en aquella región creo de interés, así como por el criterio con el que el autor enjuicia la oposición de ciertos sectores de la sociedad asturiana a esa cooficialidad. Hoy por hoy, las lenguas cooficiales en España son el catalán en Catalunya, las Illes Balears y el País Valencià -bajo la denominación de valenciano-; el vasco en el País Vasco y Navarra; el gallego en Galicia y el aranés también en Catalunya. Dice Pablo Texón en ese Diálogu en el aire entre una madre y su hijo:

—Pues cuéntame por qué hai xente que ta en contra del asturianu. ¿Por qué, mami?
—Eso que dices paezme a mi que ta mal plantiao: nun se pue tar a favor o en contra del asturianu, igual que nun se pue tar a favor o en contra del aire. ¿Conoces a daquién que refugue la existencia del aire? A que non… Pues lo mesmo col nuestru idioma: existe. Y unos quieren facer con él unes coses y otros, otres. Neso —en qué se fai con ello— sí se pue entrar a opinar. Pues querer que sobreviva o que desapaeza; pues querer que sirva namás que pa unes poques coses o que sirva pa too; pues querer falalo o non.
—¿Quies dicir, mami, que somos como l’aire?
—Más o menos… Nun ta mal visto.
—Y eso ye malo, ¿non?
—Non, non, cariñu, ser aire ye precioso, guapísimo. El problema ye… ¿quién escucha al aire? 

                DdA, XV/4161             

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