Félix Población
La nueva encuesta del CIS
ha sido interpretada mayoritariamente como una victoria de la izquierda frente
al Trío de Colón, la derecha radical. El apresuramiento en esos titulares no se
entiende si se considera la probada tendenciosidad centrista del PSOE y el
acomodaticio comportamiento de Ciudadanos, que podrían dar lugar a un
entendimiento entre ambos.
Con todo, y puesto que ese sondeo se realizó en la
primera quincena de marzo, no valora los efectos del retorno de Pablo
Iglesias a la política activa, así como los derivados de la guerra sucia contra
Podemos desde las cloacas del ministerio del Interior y los medios de
información, por lo que sería posible que Unidos Podemos registre en próximas
encuestas un ascenso significativo. No me parece excesiva la caída del Partido
Popular si se tiene en cuenta el extravío montaraz de su líder tratando de
parecerse a la marca original Vox, siempre preferible a la copia para quienes
sienten en peligro la unidad de su patria. Muy interesante el dato revelado hoy
por el diario.es con relación al voto de las mujeres: con sólo ese voto, Vox
perdería la mitad de los escaños que puede conseguir.
Entre las noticias del
día con relación a los posibles resultados de los comicios próximos, no puedo
dejar sin comentar las declaraciones de Laura Borrás, número dos de la lista de
Junts per Catalunya al Congreso. Esta señora, filóloga de profesión, ha dicho
que para Cataluña sería apocalíptico un gobierno del tripartito conservador,
tal como ha ocurrido en Andalucía, sin reparar en que tal posibilidad se debe,
fundamentalmente, a los esperpénticos episodios vividos en el Parlament de
Cataluña y a una no menos grotesca declaración unilateral de independencia. Firmada
el 10 de octubre de 2017, sirvió para proclamar la república catalana como Estado
independiente y soberano de derecho, democrático y social. No hubo un solo
Estado en el mundo que reconociera ese hecho.
Si estamos en donde
estamos, con la posibilidad de ese apocalipsis para España y no sólo para
Cataluña, es porque a los atropellos cometidos contra Cataluña desde el Estado central
-que hicieron crecer desmesuradamente el número de independentistas en aquel
país en un decenio-, se unieron los cometidos por los gobernantes de la Generalitat con una
política nefastamente supremacista que ninguneó y despreció a más de la mitad
de la población catalana.
Tampoco conviene olvidar que estamos en estas elecciones porque
los políticos de Cataluña lo hicieron posible en el Congreso con su negativa a aprobar los presupuestos del gobierno de Pedro Sánchez. O sea, que ese probable apocalipsis tiene ahí su origen.
DdA, XV/4136
1 comentario:
Los independentistas jamás mencionamos esa hipotética mitad de paisanos en desacuerdo, simplemente porque no es tal.
Se podría calibrar, en todo caso -si se quisiera....-.
Publicar un comentario