martes, 23 de abril de 2019

SÁNCHEZ NO RESPONDE A IGLESIAS, Y QUIEN CALLA (POR TRES VECES) OTORGA


Félix Población

Como no se utilice otro formato de debate, diferente del que ayer vimos en TVE, dudo de su utilidad de cara a unos comicios como los del domingo que viene, por grande que sea el número de indecisos, como es el caso. Personalmente me resultó monótono, tedioso y carente de profundidad expositiva, características que creo se mantendrán en la segunda parte del mismo -esta noche en la Sexta- si los convocados juegan a no errar antes que a crecerse ante el adversario.

Con relación al electorado de derecha, al que antes llamábamos de centro-derecha, es muy posible que por exponerse más y ser más agresivo contra Sánchez, Rivera haya salido ganando con relación a Pablo Casado, que volvió a enfangarse en las falacias y en sus impertinentes y bochornosas descalificaciones, ancladas en los fantasmas del comunismo y el terrorismo etarra.

Con relación a lo que llamamos la izquierda, en la que por siglas ha de figurar el Partido Socialista, parece claro que la intención de Pedro Sánchez es formar gobierno sin recurrir a coalición o entendimiento alguno con Unidas Podemos, pero como para esto va a necesitar un número de escaños que no va a lograr, la reiterada pregunta de Pablo Iglesias con respecto a un posible acuerdo con Ciudadanos tuvo su sentido y fue, a mi juicio, lo más interesante del debate.

Como por tres veces Sánchez se hizo el sueco, la impresión que se puede sacar -desde la izquierda- es que ese gobierno progresista para la próxima legislatura dependerá, sobre todo, de que las encuestas se equivoquen y Unidas Podemos logre unos resultados mejores que los demoscópicos y que hagan numéricamente imposible el entendimiento entre el PSOE y Ciudadanos.

O sea que, puestos a discernir el valor de los votos, el voto a Unidas Podemos lo tiene en esta ocasión por partida doble: frenar a la ultraderecha y evitar que Sánchez y Rivera vuelvan a entenderse, como no tengo duda de que ocurrirá si les cuadran los números. 

Esta noche vamos a tener oportunidad de asistir nuevamente al silencio de don Pedro a la reiterada pregunta de Iglesias, y ya se sabe lo que pasa cuando alguien calla y lo hace, además, de modo tan sostenido y sin capacidad, al parecer, para dar una respuesta convincente.

LA MAYOR CAGARRUTA DEL DEBATE


                DdA, XV/4149                  

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