lunes, 1 de abril de 2019

PABLO IGLESIAS HACE MEMORIA FAMILIAR EN LOS JARDINES DE ATOCHA

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Pablo Iglesias

Miro por la ventana mientras el AVE avanza a toda velocidad hacia Valencia. Este viaje que hoy no lleva más de dos horas, lo hizo mi tía Ángeles varias veces, en 1939, en camiones que accedieron a transportar a la hermana de un represaliado. Hacer ese viaje hace 80 años para ir a una cárcel era muy dificil. Mi tía sabía que iban a fusilar a su hermano.
Las hermanas de aquel hombre fusilado me criaron. La foto de Ángel Santa María, con la boina del ejército popular de la República, siempre ocupó un lugar epecial en casa. Mi abuela y mi tía nunca dejaron de hablarme de aquel panadero socialista que formó parte de La Motorizada, los muchachos socialistas que siempre acompañaban y protegían a Indalecio Prieto. Era el mayor de 6 hermanos de Vallecas.
Hoy hago con mi madre el viaje a Paterna donde van a abrir la fosa en la que parece que están los restos de mi tío y de sus compañeros.
Hoy veré el muro en el que lo fusilaron. Mi tía Ángeles me contó que vio salir de la cárcel el camión en el que los traslaban hacia el paredón. Iban esposados y fieros dando vivas a la República. Mi tío vio a su hermana y pudo dejar caer del camión, aún esposado, su gorra. Mi tía la recogió. Fue la última vez que le vio con vida. Pocas horas después, rota, fue a recoger sus cosas. Los nervios le hicieron no ser capaz de ver los objetos que le entregaban. Un bárbaro le dijo: ¡Está todo ahí, estupida. Vete ya a ver si te voy a cortar el pelo!
Las hermanas de mi tío murieron sin poder hacer el viaje que hacemos hoy mi madre y yo. No pudieron enterrar los restos de su hermano con los de sus padres. Y no podrán ver a su hija y a su nieto hacerlo.
Esta historia es casi idéntica a la de millares de familias españolas que sufrieron la humillación de no poder enterrar ni honrar a sus muertos.
Las hermanas de aquel panadero de Vallecas siempre nos hablaron de él. Y mi madre hablará a sus nietos de sus madres y de su tío Ángel.
Aquel hombre, poco antes de perder una guerra, le dijo a su hermana que, ocurriera lo que ocurriera, siempre les quedarían los jardines de Atocha. Y de Atocha he partido hoy con mi madre a buscar sus huesos.

                   DdA, XV/4126                  

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