lunes, 1 de abril de 2019

ÉVOLE ANTE EL PAPA FRANCISCO: BIENAVENTURADOS LOS MANSOS


Félix Población

No tenía mucha confianza en el carácter noticioso que podría tener la entrevista que este domingo difundió La Sexta a través del programa de Jordi Évole. Al parecer, Salvados venía intentando esa conversación desde hace tiempo y ese canal nos la ha ido vendiendo a capsulitas a lo largo de la semana como si el logro por fin de la misma mereciera nuestra máxima atención. 

En la edición del mismo domingo del diario La Vanguardia, el periodista catalán ya nos ofreció un adelanto de la interviú en el que figuraba algunas de las cuestiones que más interés podrían suscitar. Entre ellas no podía faltar la relativa a las víctimas de la Guerra Civil (no de la dictadura franquista) sepultadas en cunetas. "¿Qué le parece que haya gente en mi país que se oponga a localizar y enterrar esas víctimas desaparecidas?", preguntó Évole.

"Hablando de desaparecidos -contestó el pontífice-, tengo una historia fuerte. En Argentina fueron más de 30.000, en la época de la dictadura, y me tocó de cerca eso. Siempre he defendido el derecho a la verdad sobre lo que pasó. El derecho a una sepultura digna. A encontrar los cadáveres. En Argentina se sigue haciendo eso, lentamente... Es un derecho. No sólo un derecho de la familia, de la sociedad. Una sociedad no puede sonreír al futuro teniendo sus muertos escondidos. Los muertos son para ser enterrados, son para ser individualizados en los cementerios, pero no para ser escondidos. Nunca vas a tener paz con un muerto escondido. Nunca". Esto dijo Francisco, sin que nuestro más osado entrevistador repreguntara no sólo acerca del estruendoso silencio guardado por la iglesia española en esta materia a lo largo de decenios, sino con relación a declaraciones como las de monseñor Cañizares, arzobispo de Valencia, tenaz impugnador de la Ley de Memoria Histórica. 

Ante semejante mansedumbre, inimaginable resulta pensar que el periodista tuviera el atrevimiento de solicitar de su santidad una respuesta acerca del apoyo prestado por la iglesia al dictador cuyos restos mortales reposan en el santo sepulcro de la abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos y sobre cuya exhumación el papa Francisco dijo no tener opinión, sin que tampoco Évole recurriera a la impronta repreguntadora que lo hizo estar donde está. Obviamente, aparte del IBI del que la iglesia católica española está eximida -sin que lo esté la italiana-, el periodista cojonero se retrajo igualmente al no molestar a su santidad con los acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede, que mantienen buena parte de los privilegios logrados por la iglesia durante el nacional-catolicismo franquista. 

Es en cierto modo decepcionante que nuestro más osado reportero televisivo se haya mostrado tan manso delante del papa de Roma, ante el que se confesó incluso frecuentador no habitual de las iglesias de su pueblo y preocupado por saber la opinión de Francisco sobre si la entrevista iba a gustarle a su madre.

Láse@: Entrevista a la hora de la siesta, por Sergio del Molino, El País.

                     DdA, XV/4126                 

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