martes, 2 de abril de 2019

MUEREN SEIS GORRIONES POR MINUTO

Lazarillo

Hace como veintitantos años que me publicaron un libro titulado Crónica de un pájaro, premiado en un certamen literario y cuyo protagonista es un gorrión molinero. Es de comprender por esto que noticias como la que sigue me preocupen especialmente, aunque todas las que hablan del peligro de extinción de cualquier especie sean o deberían ser motivo de alarma. En algunas grandes ciudades europeas ya es perceptible lo que nos comunica SEO/BirdLife:

Estamos perdiendo a nuestras vecinas y vecinos de toda la vida: los gorriones. Los últimos datos recogidos alertan de que en España hemos perdido 30 millones de gorriones en los últimos 10 años. Es terrible: cada minuto, perdemos seis gorriones. Una de las aves más comunes del planeta desaparece, y lo hace a la puerta de nuestros hogares. Lo más alarmante es que, de no cambiar la tendencia, podríamos encontrarnos con ciudades sin gorriones. ¿Te imaginas perderlos para siempre.
 

Hay estudios que explican que a los gorriones les está afectando el exceso de contaminación atmosférica y la escasez de espacios verdes donde alimentarse y anidar. Sin embargo, hay muchas cuestiones que desconocemos sobre su declive, sobre sus poblaciones en nuestras ciudades, y sobre la relación que puede existir entre su mala salud y la salud de las personas que habitamos cerca de ellos. 

Para hacer frente a este terrible problema, SEO/BirdLife acaba de lanzar la campaña, “Aves de Barrio”, en la que se quiere implicar a muchas personas e instituciones: "Además de investigar las causas que provocan la desaparición de los gorriones, vamos a impulsar medidas para evitar su declive, como la incorporación de criterios para favorecer la biodiversidad, el mantenimiento de zonas verdes o el diseño y rehabilitación de edificios. Ellos nos ayudan a mantener la calidad de vida en nuestros barrios, les debemos mucho y ahora nos necesitan". 

Todos los días, en el pueblo donde resido, alimento a los ocho o nueve gorriones  que me esperan a mediodía en la terraza. Si antes los observaba con acostumbrado detenimiento, ahora me parecen más preciados que nunca. Los pájaros dan vuelo a la vida y gorjeo al aire. No concibo el aire sin pájaros. Sería irrespirable.

                    DdA, XV/4127                   

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