domingo, 21 de abril de 2019

¿A QUÉ CONCORDIA APELA CASADO CON QUEIPO DE LLANO EN LA BASÍLICA DE ALMUDENA?


Félix Población

Del debate a siete de La sexta noche de ayer, que no llegué a ver por entero porque no había adversario digno en la derecha nacional -sí lo fue el representante del PNV, la derecha que debería existir en España-, me quedó con las intervenciones de Rufián en clave socieconómica -por no compartir su independentismo- y el dignísmo papel de quien nunca me defrauda, Alberto Garzón. 

Habló el representante en el plató de Unidas Podemos de una España  nueva, que está por venir, a la que se resiste otra que no sólo no está en el presente sino que que pretende retrotraernos al ayer oscuro que el nacimiento de Vox deja asomar por el sur andaluz, en donde ha colaborado con la doble derecha del Partido Popular y Ciudadanos para formar gobierno y derogar la Ley de Memoria Democrática. 

Con ello se pretende dar por ignominiosamente enterradas por sus verdugos, a través de una nueva ley que llaman de concordia, a las más de 45.000 víctimas de la represión franquista en Andalucía, repartidas en más de 700 fosas comunes. Y acaso, también, mantener al general felón Queipo de Llano en su santo sepulcro de la basílica de La Almudena de Sevilla.

¿Qué tiene usted en contra de la bandera tricolor, señor Egea, enseña de un régimen constitucional y democrático?, le preguntó Garzón al representante del Partido Popular en ese debate de La Sexta. ¿A qué extraño concepto de concordia apela su jefe Casado -le pregunto yo-, manteniendo -como cabe prever- al máximo responsable de esa masacre en recinto sagrado, como de seguro haría en España con los restos mortales del dictador en el Valle de los Caídos, si llegara a gobernar?

                      DdA, XV/4147                         

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