Era algo que sus socios y colaboradores queríamos desde hace tiempo: nuevo formato, nuevo diseño y nueva tipografía, sobre todo, para Atlántica XXII, la revista asturiana de información y pensamiento que este bimestre cumple 10 años y su número 61 con un dossier sobre algo con tanto gancho informativo/opinativo como el clientelismo en la administración. Tambien apetecíamos una periodicidad mensual, pero eso por ahora no puede ser, aunque aquella región lo reclame. Es lo que tiene ser independiente y crítico en los tiempos que corren, donde tantos medios están a expensas de todo menos de lo que los debería hacer imprescindibles: su cabal ejercicio profesional.
Del nacimiento de la revista y sus dificultades para hacerse a la mar pública no informa en este número quien fue su alma máter, uno de sus fundadores y director durante muchos años, el periodista Xuan Cándano, que nos recuerda que fueron 15 las personas que pusieron 46.000 euros para que el proyecto fuese realidad, con 300 suscriptores entregados a la causa, un veto casi permanente de la publicidad institucional -por no casarse con nadie-, unos cuantos acosos y no pocas denuncias. Así, hasta cumplir un decenio, que en esta materia no es nada, como nos dice Xuan, pero sí cuando se trata casi de un milagro gestado por auténtica devoción y c0n incuestionable vocación periodística.
Enhorabuena por lo tanto a su nuevo director, David Remartínez, y a quienes hacen posible que esta excelente publicación siga siendo muy coveniente y necesaria en el periodismo asturiano. La ilustración de portada de este número es obra de Toño Velasco. Lazarillo
Del nacimiento de la revista y sus dificultades para hacerse a la mar pública no informa en este número quien fue su alma máter, uno de sus fundadores y director durante muchos años, el periodista Xuan Cándano, que nos recuerda que fueron 15 las personas que pusieron 46.000 euros para que el proyecto fuese realidad, con 300 suscriptores entregados a la causa, un veto casi permanente de la publicidad institucional -por no casarse con nadie-, unos cuantos acosos y no pocas denuncias. Así, hasta cumplir un decenio, que en esta materia no es nada, como nos dice Xuan, pero sí cuando se trata casi de un milagro gestado por auténtica devoción y c0n incuestionable vocación periodística.
Enhorabuena por lo tanto a su nuevo director, David Remartínez, y a quienes hacen posible que esta excelente publicación siga siendo muy coveniente y necesaria en el periodismo asturiano. La ilustración de portada de este número es obra de Toño Velasco. Lazarillo
DdA, XV/4116
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