jueves, 21 de marzo de 2019

EL MAYOR ESCÁNDALO DE CORRUPCIÓN EN LA UNIVERSIDAD PÚBLICA, UN AÑO DESPUÉS



Félix Población

Hace un año saltaba a la actualidad el mayor escándalo de corrupción registrado y desvelado en la historia de la Universidad Pública en España gracias al trabajo periodístico llevado a cabo por Raquel Ejerique e Ignacio Escolar, redactora y director del más exitoso de los periódicos digitales puestos en marcha en nuestro país en los últimos años: eldiario.es. El hecho comportó la dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, figura importante dentro del Partido Popular.

Hoy leemos en ese mismo diario un artículo de Escolar en el que nos dice que, a pesar de las muchas humoradas que se hacen en el mercado laboral con los títulos expedidos por la Universidad Rey Juan Carlos, implicada en el escándalo, una gran parte de los protagoniostas del mismo siguen en sus respectivas carreras como si no hubiera ocurrido nada. Para demostrarlo, el director del periódico da cuenta de las actividades que siguen realizando ya sea la funcionaria que cambió las notas de la alumna Cifuentes, la profesora que falsificó el acta, el catedrático que expedía títulos de máster regalados o el mismísimo rector del centro, tanto el que estaba cuando se dió el caso -que lo sigue siendo- como el que lo precedió en el cargo cuando doña Cristina obtuvo su máster por ser quien era, actualmente nada menos que magistrado del Tribunal Constitucional a propuesta del Partido Popular. 

Señala Escolar que a eso hay que añadir las decenas de políticos y amigos de Álvarez Conde, el catedrático regalador, que obtuvieron sus másteres fraudulentos o los profesores que dispensaron sobresalientes sin merecerlo tanto a Cifuentes como a Carmen Montón o Pablo Casado, candidato a la Presidencia del Gobierno por el Partido Popular. Ni Cifuentes ni Álvarez Conde  van a sentarse en el banquillo por regalar o recibir títulos inmerecidos, aceptando o facilitando ese trato de favor. Lo harán por falsificar un acta con el que intentaron ocultar el escándalo descubierto por Raquel Ejerique. 

Como afirma Ignacio Escolar, "ni el rector, ni la Justicia, ni la Asamblea de Madrid, ni el Ministerio de Ciencia Innovación y Universidades, ni la Conferencia de Rectores ni el Gobierno de Madrid han podido compensar el enorme daño causado a todos los alumnos honrados de la Universidad Rey Juan Carlos". Sin embargo, tanto la redactora de eldiario.es como su director siguen estando imputados, acusados por Cifuentes de un delito agravado de revelación de secretos. 

Señala Escolar que las víctimas de esta corrupción, los estudiantes de la URJC, no han tenido reparación, y piensa en relación al excelente trabajo realizado por su periódico que  en el futuro no se atreverá otro político a recibir títulos universitarios regalados, ni habrá otro catedrático que siga los pasos de Álvarez Conde, ni otros profesores que beneficien con sus calificaciones a los alumnos VIP matriculados. Piensa mi estimado colega que la  próxima vez que un político poderoso presione a unos funcionarios para que le fabriquen una coartada, probablemente se lo pensarán mejor.

Ojalá fuera así, pero mucho me temo que estas conclusiones chocan con los sumarios y el titular que encabezan el artículo: si quienes fueron protagonistas del mayor escándalo de corrupción habido en la historia de la Universidad Pública española siguen donde estaban un año después, como si nada hubiera ocurrido, la percepción del respetable puede ser la que mucho tenemos acerca de la corrupción política en general en este país: que las cárceles están demasiado vacías para lo mucho que se denuncia y lo mucho que se roba y no se devuelve. La extrema derecha también abreva en las aguas del hartazgo del personal ante la corrupción impune.

                       DdA, XV/4118                      

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