miércoles, 13 de marzo de 2019

CONCEJALA PINEDA: UN RESPETO PARA LAS SARDINERAS DE GIJÓN


Lazarillo

Hace bien en indignarse mi estimado amigo Goti del del Sol, detallista narrador visual gijonés, y escribir esta vez como consecuencia de su enojo el comentario que sigue. Para quienes las conocimos y tuvimos la oportunidad de acompañar a nuestra madres hasta los carritos en que vendían su fresca mercancía "al alto la lleva" (a los cuatro vientos) en torno a mercados como el de la Plaza del Sur, las sardineras gijoneses, residentes en su mayoría en Cimadevilla (barrio alto y antiguo de pescadores de aquella hospitalaria villa), son muy dignas representantes en nuestra memoria de una más que respetable humanidad, dotadas por naturaleza del más singular, familiar y hasta empático lenguaje comercial, tan suyo que murió con ellas. (Aconsejo la lectura de la última y muy gijonesa novela de Pilar Sánchez Vicente, Mujeres errantes, para mayor abundamiento en la personalidad de estas trabajadoras). Dice Goti y este Lazarillo lo comparte sin reserva alguna: "Parece ser que una concejala socialista del Ayuntamiento de Gijón, llamada Marina Pineda, trató de insultar a las trabajadoras de ayuda a domicilio que se manifestaban en la Plaza Mayor reivindicando una serie de mejoras en sus condiciones laborales. Digo trató porque empleó contra ellas el calificativo de "sardineras". No tengo el disgusto de conocer a tan deslustrada representante pero, ocupando un puesto de representación en esta ciudad, me gustaría darle a conocer que esa palabra denomina a un sector de trabajadoras que lucharon muy duro, en tiempos muy difíciles y en unas condiciones terribles, para sacar adelante a sus familias. El desconocimiento y el poso de clasismo infame y trasnochado que conlleva su intento de descalificación, hace que su salida de la Corporación fuese un sano ejercicio de higiene democrática".

                   DdA, XV/4113                

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