Ana Cuevas
Al principio pensé que se me podía estar desprendiendo el tejido
conjuntivo. Eran como fogonazos que, por momentos, hacían que perdiera
la percepción de los colores. Después el problema se fue acentuando.
Tras cada nuevo brote, los periodos en los que mis ojos solo podían ver
en blanco y negro eran más prolongados. Ignoraba el detonante de mi
trastorno y, ya pensaba en acudir a un especialista, cuando empecé a
sospechar cuál podía ser el origen de mis desajustes oculares.
Mi
mente reaccionaba somatizando la falta de luz que últimamente nos
rodea. La foto de Casado, Abascal y Rivera juntos por la presunta unidad
de España es un remake de otra foto, ésta en blanco y negro
forzoso porque está tomada en 1934, en la que Primo de Rivera, junto a
otros notables fascistas, aparece manifestándose por la misma causa. Ya
sabemos todos lo mal que acabó la cosa.
Pero la instantánea de
los trillizos de la actual derechaza española, más que salida del Nodo,
es un inquietante fundido en negro. O eso le hubiera gustado a Rivera
que, bastante más maricomplejos que Casado, evitaba el más leve roce, el
mínimo contacto visual con el líder de VOX.
La derecha
tradicional libre de "amariconamientos" democráticos ha decidido salir
del armario, aunque Albert todavía intente esconderse en el cajón de una
cómoda. Pero están ahí, sacando pelo en pecho por la patria,
ofreciéndose a llevar gratis a todo español de pro a manifestarse por su
causa. A lomos del corcel de Abascal si hiciera falta. Y oye, a mí me
ha parecido una generosa oferta. A mí y unos cuantos aficionados de un
equipo gaditano que aprovecharon para ver jugar a los suyos. Y tengo
entendido que no fueron los únicos que, lejos de acudir a la llamada por
una unidad de destino de lo universal, se apuntaron para poder ver una
obra de teatro o acudir a los museos de la capital de gorra.
Era
un gesto bonito pero no acabó de ser un éxito. Es verdad que algunos
parroquianos aprovecharon la llamada de la selva para sacar su
frustración culpabilizando de ello al felón Sánchez, a los emigrantes, a
los separatistas catalanes, a los podemitas bolivarianos o directamente a
un tótum revolútum que actúa como una centrifugadora en la cabeza de
alguna pobre gente. . Divide y vencerás. Lo sabían los romanos y lo
saben los manipuladores contemporáneos.
El problema es que,
los que defienden la unidad de España en esta foto del otro día, están
contra la sanidad y la educación pública, gratuita y de calidad.
Propugnan que no se pueden subir las pensiones, y menos aún, los
impuestos a los ricos. Pergeñan un regreso al pasado para los derechos
de la mujer y nuestra libertad sexual y reproductiva. Son defensores del
copago farmacéutico y sanitario y las privatizaciones porque es la
manera que conocen de perpetuar el negocio de los poderes financieros y
el IBEX35. Sus auténticos amos y señores. Nosotros, las españolitas y
españolitos de a pie, solo somos monigotes a los que sacar la pasta. Y
de paso, devolvernos a la Edad Media donde el feudalismo nunca fue un
problema y se podía quemar sin aspavientos a las brujas feministas.
Por eso me parece bien que por lo menos llevaran a la peña por la jeta. Ya se lo cobrarán bien caro luego.
En esta hermosa fotografía de la derecha ibérica faltaba un elemento que sin embargo estaba presente en el ambiente. ¿Adivinan?
Sí, la momia de Franco.
Hubiera
quedado de muerte,¡ups!, hermanando a los díscolos vástagos criados a
las ubres ideológicas de tan ilustre librepensador.
Sentadico
en un pequeño trono de juguete, porque debe estar aún más sunsido la
criatura a estas alturas de la muerte, con Casado, Rivera y Abascal
posando a su lado como si estuvieran presentando un capítulo de
Mujercitas (versión gore). ¡Se me arrasan las pestañas!
No lo duden señores fachas. Si necesitan asesora de marketing, aquí está servidora. Tengo algunas otras ideas macanudas.
¡Todo sea por España!
DdA, XV/4088
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