viernes, 11 de enero de 2019

LA NARANJA PODRIDA Y LA PASIVIDAD DE LA IZQUIERDA


Félix Población

Una vez firmado el acuerdo entre el partido fundado por el exministro de Franco Manuel Fraga y el partido de la ultraderecha neofranquista, lo que prima en la mayoría de los medios de información con respecto al próximo gobierno de la derecha radical en Andalucía son las fotos en las que aparecen los dirigentes del Partido Popular y Vox suscribiendo o mostrando la papelería de su pacto.

Pareciera que Ciudadanos, el partido que con sus 21 diputados ha sido la base mayor sobre la que se sustentará el nuevo gobierno, no gustase de una excesiva focalización del papel jugado por su naranja en la nueva realidad política andaluza. El señor Marín, próximo vicepresidente de aquel gobierno, debe también a Vox su cargo, por más que trate de escaquear esa realidad exhibiendo exclusivamente las fotos de su acuerdo con el Partido Popular. 

Es de esperar que los ciudadanos españoles en general tomen nota del lugar que actual y realmente ocupa Ciudadanos en la escena política, aunque no hace mucho pretendiera pactar a escala nacional con el PSOE, aquel PSOE que traicionó a su actual líder y presidente del Gobierno, con Susana Díaz a la cabeza sin disimular sus ambiciones políticas.

Lo que ha ocurrido en Andalucía no habría pasado si esa señora no hubiera sido investida presidenta de la Junta de Andalucía con los votos de Ciudadanos y, en su lugar, hubiera buscado un entendimiento con los partidos de izquierda. Y también, si hubiera mantenido una actitud más digna que la que tuvo con Pedro Sánchez antes de que este dimitiera como secretario general del PSOE. Lo que ha pasado en Andalucía no habría ocurrido si lo que está pasando ahora en España entre el PSOE y Unidos Podemos para la gobernación del Estado se hubiera podido ensayar allí.

Lo que no se entiende, es que tanto el PSOE andaluz como Adelante Andalucía mantengan la pasividad que actualmente muestran ante la legislatura que se abre en aquella comunidad y los venideros comicios. ¿Es que no se va a dar una reacción movilizadora entre los demócratas progresistas, según se lee en el Manifiesto por el diálogo en Andalucía, la democracia y los derechos humanos? Allí y en todo el país estamos al día de hoy ante la amenaza real de una extrema derecha que pone en peligro los consensos democráticos más básicos.

                 DdA, XV/4.059              

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