Lazarillo
Si Venezuela fuera un desierto, comentó Rafael Correa recientemente, a nadie le interesaría golpear a la
democracia en aquel país argumentando que no existe. En Venezuela existen las
mayores reservas de petróleo del planeta. Un ex presidente estadunidense, Jimmy
Carter, afirmó en su día que el sistema electoral venezolano es el más perfecto del mundo, algo que comparten diversos organismos internacionales. Una de las principales argumentaciones de la oposición venezolana para tratar de derrocar el gobierno de Maduro es que las elecciones en Venezuela son fraudulentas. Lo que está ocurriendo ahora mismo contra aquella república, con un cierto
número de naciones siguiendo el dictado del líder del imperio norteamericano de aprobar
un golpe de Estado mediante la elección de presidente interino surgido de la nada, es muy grave. Ya se
intentó en 2.002 contra el presidente Chávez, con el gobierno español de Aznar
el de las Azores en esa vergonzosa lista y ahora se vuelve a repetir con una Europa bochornosamente irresoluta que debería haber condenado ya esa inadmisible injerencia, ante el riesgo de que USA pueda recuperar su papel de gobierno agitador de sangrientos conflictos en América Latina, de tan negra memoria para varios países de aquel continente. Me quedóo, por eso, con este fragmento de un artículo de Nicolás Trotta en el diario Página/12:
"El instantáneo “reconocimiento” de Juan Guadió por parte de los
Estados Unidos y su efecto dominó por parte de los gobiernos de derecha
exterioriza la fuerte coordinación e injerencia sobre la realidad
venezolana. No podemos pedirle a Estados Unidos que aporte soluciones a
la crisis política de la que ellos mismos son actores centrales, pero
los restantes países de la región deberían recapacitar e intentar
inaugurar instancias de diálogo y mediar en forma pacífica, para buscar
soluciones. Aunque sabemos que es improbable que eso ocurra, en momentos
en que sectores extremistas plantean una propia invasión externa. Todo
ello implicaría una tragedia humanitaria imposible de mensurar y un
golpe mortal a nuestro continente.
En ese escenario el gobierno de Nicolás Maduro debe resistir los
embates de las próximas semanas, apoyarse sobre una sector importante de
su pueblo que lo apoya, pero siendo consciente que si no tiene la
audacia de buscar nuevas alternativas será imposible frenar la sangría
que vive su país. Como escribió Simón Rodríguez, el maestro del
libertador Bolivar, “o inventamos o erramos”. El modelo bolivariano tuvo
la capacidad de generar de inventar, de promover la esperanza y
construir nuevas realidades, pero desde hace tiempo perdió el ímpetu
para impulsar las obligadas transformaciones. El camino transitado ha
sido insuficiente y es necesario recordar que uno de los principales
talentos de un gobierno es saber cambiar a tiempo. El profundo
antagonismo debe ser encausado para que la confrontación no obstruya la
finalidad última que tiene la política, lograr que el conjunto de la
sociedad transite cada día mejores realidades".
La
mesa nacional de organismos de derechos humanos de Argentina exigió ayer “que se respete
la soberanía del pueblo venezolano en esta hora difícil” a través de un
comunicado en el que reclamaron “el pleno acatamiento de los principios
del derecho internacional” y el “reconocimiento de las autoridades
electas de acuerdo a la Constitución Nacional. La voluntad popular se
manifiesta en las urnas, la democracia no funciona por
autoproclamación”, remarcaron las Abuelas de Plaza de Mayo y las Madres
de la Línea Fundadora, H.I.J.O.S. y Familiares de Desaparecidos y
Detenidos por Razones Políticas, entre otras agrupaciones. El CELS, por
su parte, abogó por “una salida democrática y pacífica” del conflicto y
pidió el rechazo de la comunidad internacional “al intento
intervencionista de Estados Unidos”.
“Observamos
con preocupación cómo algunos sectores atizan un conflicto que puede
tener consecuencias trágicas para toda América latina”, advirtieron los
organismos en el texto en el que fijaron postura a raíz de los hechos
que sacuden a Venezuela. “La nuestra es una región de paz y no podemos
permitirnos, como ciudadanas y ciudadanos de esta Patria Grande, otro
enfrentamiento fratricida”, sostuvieron, además, la Comisión Memoria,
Verdad y Justicia de Zona Norte, la Liga Argentina por los Derechos del
Hombre y la Asociación Buena Memoria entre las otras firmas que
acompañaron la postura. Además de hacer hincapié en la necesidad de que
en Venezuela se respete la voluntad popular, que en mayo del año pasado
reeligió a Nicolás Maduro como presidente, consideraron “inaceptable”
cualquier injerencia extranjera en la vida institucional de ese país,
“de allí la responsabilidad que cabe a funcionarios, dirigentes y medios
de comunicación a la hora de informar y opinar al respecto”.
DdA, XV/4.071
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