Desde Honduras, Jaime Flores/ Criterio.hn
La
caravana de migrantes es sólo la primera manifestación pública y masiva
de la crisis humanitaria en la que vive la mayoría de la población;
negada por el gobierno, por la oligarquía, embajadas, organizaciones de
la sociedad civil y por algunas agencias de cooperación que le hacen
comparsa a la dictadura.
Esta
crisis humanitaria es provocada por el modelo económico neoliberal
impuesto a sangre y fuego, que sólo pobreza y violencia ha llevado a las
comunidades, que ante la ausencia de oportunidades y ante el acoso de
los grupos criminales no tienen otra alternativa que la peligrosa e
incierta ruta migratoria; prefieren morir en el camino que en sus
barrios y colonias.
El
infierno en que se ha convertido Honduras tiene varios responsables. En
primer el lugar el imperialismo, que a través de su embajada promueve
la inestabilidad política en el país con el apoyo directo al dictador,
que para granjearse ese apoyo les ha entregado el país, hasta el grado
del despojo y de la ignominia, como puede observarse en los foros
internacionales.
Otro
responsable es el dictador, que además de la incertidumbre que genera
en lo económico, en lo político y en lo social, ha profundizado y
llevado al extremo las políticas neoliberales, despojando de sus
recursos a comunidades enteras, para dárselas a las transnacionales,
principalmente norteamericanas y canadienses.
La
oligarquía corrupta, mediocre, salvaje, inepta y rapaz también es
responsable de esta crisis humanitaria, quien se ha acostumbrado a vivir
del presupuesto nacional a tal grado de convertir al Estado en su
patrimonio, por medio de un ejército de ocupación, de diputados y
presidentes serviles y títeres, que toman las decisiones no para el
pueblo, sino que para sus insaciables intereses.
Hay
otro actor importante en esta crisis y es el Ejército Nacional, fiel
sirviente de los intereses imperiales y de la oligarquía, que sólo sirve
para consumir una gran tajada del presupuesto nacional y más que un
ejército defensor y garante de la soberanía nacional es una fuerza de
ocupación; listo para asesinar, torturar y matar aquellos que se oponen
al dictador, al imperio y la oligarquía.
Desgraciadamente
esta caravana la conforman los miserables, los desheredados de la
tierra, los parias: “los que crían querubes para el presidio y serafines
para el burdel” como dijo en su poema Los Parias el poeta mexicano
Salvador Díaz Mirón.
Estos
miserables y desheredados no huyen de la patria, la aman, la adoran y
la llevan convertida en un dolor sobre sus hombros, huyen de los
verdugos y carniceros que nos gobiernan y de los otros responsables de
esta crisis humanitaria. Los que huyen aman a esta tierra más que los
que nos quedamos.
DdA, XV/4002
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