Carta de Manuel Castells, sociólogo y economista español, profesor
de Sociología y Urbanismo en la Universidad de California en Berkeley, director del Internet Interdisciplinary Institute y presidente del
consejo académico de la Next International Business Schoo, a todos los intelectuales comprometidos con la democracia:
En una situación así, ningún intelectual, ningún demócrata, ninguna
persona responsable del mundo en que vivimos, podemos quedarnos en una
indiferencia generalizada hacia el sistema político brasileño. Pero la
cuestión no es el PT, sino la presidencia de un Bolsonaro capaz de decir
a una diputada, en público, que “no merece ser violada por él”. O que
el problema con la Dictadura no fue la tortura, sino que no matara en
lugar de torturar. Yo no represento a nadie más que a mí mismo. Ni apoyo
a ningún partido. Simplemente, creo que es un caso de defensa de la
humanidad, porque si Brasil, el país decisivo de América Latina, cae en
manos de este deleznable y peligroso personaje, y de los poderes
fácticos que los apoyan, los hermanos Koch entre otros, nos habremos
precipitado aún más bajo en la desintegración del orden moral y social
del planeta, a la que estamos asistiendo. Por eso les escribo a todos
ustedes, a los que conozco y a los que me gustaría conocer. No para que
suscriban esta carta como si fuera un manifiesto al dictado de
políticos, sino para pedirles que cada uno haga conocer públicamente y
en términos personales su petición para una activa participación en la
segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el 28 de octubre, y
nuestro apoyo a un voto contra Bolsonaro, argumentándolo según lo que
cada uno piense, y difundiendo su carta por sus canales personales,
redes sociales, medios de comunicación, contactos políticos y cualquier
formato que difunda nuestra protesta contra la elección del fascismo en
Brasil. Muchos de nosotros tenemos contactos en Brasil, o tenemos
contactos que tienen contactos. Contactémoslos. Un mensaje de Whatsapp
es suficiente, o una llamada telefónica personal. No nos hace falta un #
(hashtag). Somos personas, miles, potencialmente hablando a millones,
en el mundo y en Brasil, porque a lo largo de nuestra vida hemos
adquirido con nuestra lucha e integridad cierta autoridad moral.
Utilicémosla en este momento, antes que sea demasiado tarde.
Los inversores brasileños recibieron ayer con euforia el triunfo de Bolsonaro. El principal índice del mercado financiero, el Ibovespa, subió un 3,85%, hasta los 85.487 puntos. Por la mañana el dólar se devaluó un 2,5% y se vendía a 3,761 reales en Brasil. Y las acciones preferenciales de la petrolera Petrobras -la empresa más grande del país- llegaron a dispararse más de un 10% durante la mañana, y a media sesión subían un 7,68% y se convertían en las más negociadas de la jornada. Los inversores apoyan al candidato de extrema derecha porque defiende una economía liberal. Georgewlany Smith, un funcionario de 61 años de Río de Janeiro, se mostraba satisfecho ayer con el triunfo de Bolsonaro en la primera vuelta y afirmaba que estaba dispuesto a pagar el precio de una erosión de las normas democráticas y de las libertades civiles si, a cambio, Brasil devenía más seguro y próspero (ARA).
DdA, XV/3976
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