La secretaria de
Estado de comunicación, todo un portento que demuestra su pericia
escribiendo los pintorescos monólogos con los que don Mariano nos
deleita, fue pillada por un micrófono loco desvelando lo que, en la
intimidad, piensan en el PP de los jubilados españoles: “¡Qué ganas de hacerles un corte de mangas de cojones y decirles: pues os jodéis!”.
Estas
fueron las palabras exactas que doña Carmen Martínez de Castro, la
pobre criatura, soltó en tono jocoso a un subordinado pelotas
refiriéndose a las reivindicaciones de los pensionistas. ¿De qué me
suena? ¡Ah sí!, Andreita. La que no se quería comer el pollo no, la
otra. La hija de ese gánster levantino tocado por la diosa fortuna.
Andrea Fabra también fue delatada por un micro insumiso mostrando en esa
ocasión el respeto que le merecían los parados: ¡Que se jodan!
¡Hay
que ver esta gente qué obsesión con la jodienda! No se que pensaría
Freud de todo esto. Tampoco importa un carajo lo que pase en esas locas
cabecitas. Lo que importa es el mensaje y la desvergüenza. Según "la
comunicadora" del Estado, se trataba de una conversación jocosa con un
colegui. Vamos, chascarrillos de taberna en un ambiente relajado y de
confianza. Bromas íntimas. Lo que pasa, para desgracia de esta señora
que cobra más de cien mil euros anuales por marear la perdiz, es que su
intimidad es más negra que el ala de un cuervo. Lo sabemos por un
desliz, por casualidad. Pero esa "gracieta" no ha sido del agrado de los
jubilados, ¡vaya usted a saber por qué! No han sabido apreciar el
humor sutil de doña Carmencita y se han puesto estupendos. ¡A ver si
resulta que los mayores son viejos pero no tontos... comunicadora!
De
rebote, TVE decidió censurar esta noticia así, motu propio. Nadie vaya a
pensar que se trató de una maniobra para no ensuciar, un poco más, la
enmarronada imagen de nuestro gobierno. Eso solo pasaba en los tiempos
de Franco. ¿O no?
La integridad periodística ha incitado a la
editora de informativos de la TVE valenciana, Arantxa Torres, a
presentar su dimisión por este asunto. Puede que controlen los medios
pero hay profesionales que ya están asqueados y no piensan seguir
tragando.
No se puede tapar el sol con un dedo. La falta de
ética y la manipulación de algunos medios es escandalosa pero todavía
existen periodistas con redaños y honestidad. Como Arantxa Torres.
Doña
Carmen Martínez de Castro, la dicharachera, no piensa ni remotamente en
dimitir. Ha pedido disculpas con la boca torcida, como escupiendo al
populacho. Desternillada de risa por dentro. Pensando como Andreita, su
señor padre y la interminable ristra de chorizos que se nos descojonan
que somos idiotas. Que pueden robarnos e insultarnos sin pagar ningún
precio. ¡Que se jodan!- dicen en cuanto cierran los micrófonos y se
quitan las caretas de demócratas.
De vez en cuando y por
error, como le ha pasado a Carmencita, tenemos acceso directo a la
basura que abunda en sus cerebros. A lo que realmente piensan de
nosotros los trabajadores, los parados, los jubilados... los ciudadanos
que no pertenecemos a las élites.
Ese ¡Que se jodan! define en
tres palabras lo que les importamos a estos servidores públicos tan
bien pagados. ¿Jodidos... y encima agradecidos?. Esto es España, cuna
del esperpento. Todo es posible.
Pero yo no subestimaría
a una marea jubilada y cabreada. A lo mejor no son tan santos ni tan
inocentes y en las próximas elecciones son ellos los que le dicen al PP
que se joda. Y entonces, ya verás que risas Carmencita.
Ya se sabe: Quien jode el último, jode mejor. ¿Pillas el chiste doña Carmen Martínez de Castro o te lo explico yo?
DdA, XIV/3845
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