Lazarillo
La curiosidad de los estudiosos de nuestra historia contemporánea, tan llena de incidencias, encuentra no poco incentivo cuando se nos anuncia un libro sobre la milicianas en la Guerra de España del que se nos dice que elude la mitificación, tan pródiga con estas luchadoras.
¿Cómo fueron en realidad esas mujeres jóvenes que con un mono azul y pistola al cinto se fueron a los frentes en el verano del 36 para defender la segunda República entre un aura de romanticismo y mística revolucionaria? Su presencia despertó gran revuelo en las trincheras por su condición femenina y su actitud desafiante ante unos hombres que las vieron en su mayoría como rivales, objetos de deseo o bellezas perturbadoras, y los menos como colegas fraternales. A lo largo de los últimos ochenta años, distintos testigos, escritores o cineastas las han recordado como iconos de mujeres modernas que rompieron tabúes, recreaciones que han contribuido a construir la imagen de estas mujeres combatientes. Pero no siempre la mitificación se corresponde con la realidad.
Ana Martínez Rus, la autora de este libro que acaba de publicar la editorial La Catarata, es profesora titular de Historia
Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid. Especializada en
la historia de la edición y de la lectura en la España del siglo XX, entre sus
trabajos destaca un interesante estudio sobre La política del libro durante
la Segunda República: socialización de la lectura (Trea, 2003) y La persecución del libro. Hogueras, infiernos y
buenas lecturas (1936-1951) (Trea, 2014). Es asimismo coautora de La Segunda República (Pasado&Presente, 2015).¿Cómo fueron en realidad esas mujeres jóvenes que con un mono azul y pistola al cinto se fueron a los frentes en el verano del 36 para defender la segunda República entre un aura de romanticismo y mística revolucionaria? Su presencia despertó gran revuelo en las trincheras por su condición femenina y su actitud desafiante ante unos hombres que las vieron en su mayoría como rivales, objetos de deseo o bellezas perturbadoras, y los menos como colegas fraternales. A lo largo de los últimos ochenta años, distintos testigos, escritores o cineastas las han recordado como iconos de mujeres modernas que rompieron tabúes, recreaciones que han contribuido a construir la imagen de estas mujeres combatientes. Pero no siempre la mitificación se corresponde con la realidad.
DdA, XIV/3810
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