
Ana Cuevas
¡Menudo
lío se ha montado por el maqueo curricular de la presidenta madrileña!
Porque a ver: ¿Quién no ha soltado alguna mentirijilla sobre sus méritos
académicos en un día tonto? Al parecer y según la defensa aérea de sus
colegas de partido( lo digo por la técnica de poner el ventilador para
expandir la mierda), quien más y quien menos entre sus señorías ha
fantaseado por encima de sus posibilidades a la hora de aportar títulos,
masters y otros oropeles que avalaran su sapiencia para el cargo que
desempeñan.
Algunos dirán que mienten. Que son un
fraude. ¡Hombre! Esto es como los dogmas religiosos, cuestión de fe. Por
eso los ateos, como servidora, estaríamos mucho más tranquilos si se
hiciera un barrido general a los currículos de nuestros servidores
públicos para constatar que no están más hinchados que una bata de cola
de Falete.
Sin embargo no tengo ninguna duda de que, aunque
Cristina Cifuentes no pueda presentar su TFM, los leales seguidores del
PP, proclives a una credulidad que ratifican periódicamente en las
urnas, estarán dispuestos a tragarse cualquier explicación, o la falta
de ellas, con el mismo rubor ensimismado que toman la comunión.
Hay
misterios inexplicables, Iker Jiménez lleva décadas viviendo de ellos,
fenómenos y conspiraciones al más alto nivel con el único objetivo de
desprestigiar a una celebridad. ¿Quién nos dice que algún hacker
pro-venezolano no ha podido robar el trabajo de Cristina a través de su
Facebook? Y acto seguido, el felón bolivariano habría pergeñado
esconderlo en algún sitio recóndito. En el mismo lugar donde ocultan el
santo Grial, la sangre de unicornio y el censo global de gamusinos. En
un universo paralelo.
¿Verdad que sí Cris, guapi? Todo es
posible. Cómo tú misma dices. ¿por qué portar la prueba de que no
miento? Que sean los demás quienes demuestren lo contrario.
Hay
gente muy mala y con la lengua muy larga. Como los periodistas de
investigación. ¡Todo lo quieren saber! Pero según los indicios, está
claro lo que pasó con el máster de la señora Cifuentes. Lo hizo de
incognito. Disfrazada con un bigote charro y un gorro jamaicano. Para
pasar desapercibida, evidentemente. Cosa que los hechos demuestran que
consiguió y por eso ninguno de sus diecinueve compañeros de curso pudo
ver su rubia cabellera en las clases presenciales. Era por pura
modestia. Para no tener trato de favor.
En cuanto al trabajo
de fin de máster sería pueril alegar que se le comió su perro. Un tostón
de ese calibre no hay can que pueda digerirlo. Solo se me ocurre que,
intimidada por su propia genialidad y el miedo a ser plagiada, decidiera
escribirlo con tinta invisible.
Si los de la Uni encuentran
perdido en un cajón un legajo de folios en blanco, prueben a echar zumo
de limón. Igual nos llevamos una gran sorpresa.
El caso es que
ya ha salido un profesor confesando un involuntario "error informático"
que cambió la nota de la desdichada presidenta. Muy oportuno. Y
absolutamente creíble. Los errores informáticos hacen cosas notables.
Tengo entendido que, por uno de ellos, Ana Rosa Quintana fue acusada
vilmente de plagio. Lo dicho, la gente, y los ordenadores que escriben
solos, son muy malos.
Todo este follón se acabaría si el
dichoso TFM apareciera y pudiera ser autentificado correctamente. Así de
fácil. Pero, por lo que sea, ninguna de las cinco copias está
disponible. Y las contradicciones que ha esgrimido la señora presidenta
no han ayudado mucho a
esclarecer el entuerto. Eso sí, de
prepotencia iba bien servida. Sabe que, pase lo que pase, esta "cosita"
no le pasará una gran factura. No en España donde mentir sobre tu
preparación no tiene importancia... a no ser que lo hagas rapeando.
Al
final la señora Cifuentes y todos los que falsifican sus currículos,
sean del partido que sean, ponen primero de manifiesto su propio
patetismo. ¿Imaginan que yo pusiera en el mío que soy corredora de
bolsa? Y no estaría faltando a la verdad porque cada día me toca correr
con las bolsas de basura que saco en mi trabajo. Pues sería igual de
lamentable pero, eso sí, más cachonda y creativa.
Pero lo que
más evidencian es la caspa petulante y farolera que pretende hablar en
nuestro nombre y regir nuestros destinos mientras nos toman el pelo. A
todas y todos éstos estafadores les recomiendo que visiten una web que
te manda a domicilio el título o el máster que te salga de la peineta
por un módico precio. Podrían solicitar uno menos aburrido que de
financiación autonómica. Yo les propondría el "Máster en cómo
descojonarse del personal y no tener por qué dimitir en el intento".
Éste seguro que lo bordan Cum Lauden y hasta les dan las dos orejas y el rabo. Y telepáticamente. Sin presenciales, internetes ni trabajos finales.
Que para estos menesteres de engañar como bellacos, en este país, lo que nos sobra es talento.
DdA, XIV/3812
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