Participamos a los lectores de este modesto DdA que ya está en la calle el número 11 de la revista El Salto, que este Lazarillo recomienda por tratarse de una de las mejores publicaciones que ahora mismo se pueden encontrar en kioscos y librerías. Marzo es el mes del feminismo, por eso la portada y el Panorama se centran en la convocatoria de huelga feminista del próximo día 8. Es la aportación de la revista a un proceso que ha logrado desbordar, por fin, el ámbito de los movimientos sociales, y nuestro homenaje a las miles de mujeres que nos han traído hasta aquí. De las cigarreras a las kellys, de las trabajadoras de Induyco a las gerocultoras de las residencias de Bizkaia.
De las cigarreras a las kellys, de las trabajadoras de Induyco a las gerocultoras de las residencias de Bizkaia.
La
relación entre mujeres y huelga no es nueva ni exótica, otra cosa es
que no se cuente en los libros de Historia. Para remediarlo, Patri Reguero firma el reportaje Cien años de mujeres y huelgas,
en el que repasa las principales movilizaciones protagonizadas por
mujeres en el ámbito laboral durante el último siglo. No son pocas.
Las huelgas de mujeres no son huelgas al uso, son procesos que trascienden lo laboral y transforman realidades.
Pero
las huelgas de mujeres no son huelgas al uso, son procesos que
trascienden lo laboral y transforman realidades. Por ello, el reto de la
movilización del próximo 8 de marzo es la huelga total, es pararlo
todo. En el reportaje que abre este número especial, nuestra compañera Sara Plaza
repasa los diferentes ejes de la movilización, analiza el papel de los
sindicatos ante la huelga feminista y remarca lo más importante de esta
convocatoria histórica: el proceso.
Otras victorias
No cesan las protestas vecinales en Murcia.
Los habitantes de los barrios del sur de la ciudad continúan las
protestas para reclamar el soterramiento de las vías en un clima de
represión creciente por parte de las instituciones. Un reportaje de Cristóbal Osete en el que nos pone al día sobre la que también es, sin duda, otra de las luchas del año.
Cuidar la tierra alimenta mejor, pero no interesa. Las compañeras de la revista Soberanía Alimentaria
abordan en un reportaje de cuatro páginas la presión que ejerce la
industria alimentaria sobre los productos ecológicos y el consumo de
temporada y de proximidad. Una campaña de desprestigio propagada por los grandes medios de comunicación, con El País a la cabeza, como de costumbre.
Para que una mujer pueda salir al mercado laboral otra tiene que sustituirla en casa
Dice Amaia Pérez Orozco que “para que una mujer pueda salir al mercado laboral otra tiene que sustituirla en casa”. Cuidados encadenados, cuidados que encadenan es la aportación a este número de las compañeras de El Salmón Contracorriente. Un reportaje de Genoveva López en el que analiza las presencias activas -y las ausencias- en la cuestión de los cuidados y la economía doméstica.
Dos entrevistas
Hay dos entrevistas de este número que no puedes perderte. Una es a Anna Freixas,
una de las psicólogas que más han aportado al desarrollo de la
gerontología feminista: “Es posible sentirse más libre sexualmente a los
60 que a los 25”. La otra, que abre la sección de Radical Magazine, se la hacemos a la escritora francesa Virginie Despentes aprovechando la publicación de la última parte de su trilogía, Vernon Subutex, y la reedición de Teoría King Kong, una obra vigente sobre la violación como arma política.
Y como siempre, nuestra sección de cultura, pensamiento y acción incluye nuevos episodios en sus subsecciones habituales. En La Utopía en Actos viajamos al Londres de 1870, en España no es (solo) blanca hablamos con Mocache Massoko, editor de Diario Rombe, la principal publicación digital contra el régimen de Obiang en la República de Guinea Ecuatorial. Y en Insólita Península Javier de Frutos relata su viaje en tren hasta León.
Todo
esto y mucho más en 64 páginas y seis ediciones territoriales que una
vez más llegan a quioscos y librerías gracias a la cooperación entre
medios amigos y al esfuerzo de las decenas de personas que forman parte
del colectivo editor de El Salto. Y, por supuesto, gracias a las más de 7.000 socias que lo hacen posible.
DdA, XIV/3782
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