Ana Cuevas
No le falta razón al bueno del obispo Munilla. Es obvio que las
feministas llevamos el demonio dentro. Yo diría más: Si Satán es la
antítesis de Dios (y se sabe de buena tinta que dios es un
inequívoco macho de poblada barba), Satán tiene que ser hembra. Satanasa
sería lo correcto. Eso explicaría por qué servidora, pese a exorcizar
convenientemente sus demonios con cada desayuno, siente que le gira la
cabeza y que está a punto de reptar por las paredes al escuchar las
sandeces que algunos miembros y "miembras" de nuestra progresista y
equiparada sociedad han soltado estos días sobre la huelga feminista del
8 de marzo.
Lo del obispo de Donostia no me altera el
pulso. El hombre en su línea, impasible el despropósito, matizó luego
que las endemoniadas son las feministas malas. Ya saben, esas que
pretenden tomar el timón de su libertad reproductiva, su orientación
sexual o, simplemente, decidir por sí solas qué hacer con sus cuerpos y
sus vidas. Las buenas son las que obedecen lo que dice el patriarcado y
la Santa Madre Iglesia (que pese a tener denominación femenina,
como aquel viejo coñac, es cosa de hombres). ¡Qué pillín!
Me
quedo con la cara B de los cuarenta episcopales, la del arzobispo Osorio
que afirmó que... ¡hasta la virgen María se uniría a la huelga
feminista! ¡Olé su reverentísima eminencia!
El día 8
vírgenes, putas o posesas caminaremos juntas, cogidas del brazo, en casi
todos los países del mundo. Los motivos nos sobran a lo largo y ancho
del planeta. No pienso enumerarlos. Son de sobra conocidos. Pese a que
la situación no es la misma en todas partes y depende de factores
geográficos, religiosos y culturales, hay una constante que nos hermana a
todas: El hecho de ser consideradas ciudadanas de segunda. La agresión
es trasversal, pues trasversal debe ser la respuesta.
Y eso
incluye a todas las mujeres y hombres que tengan un par de neuronas en
funcionamiento. Por desgracia, no podemos contar con algunas féminas de
renombre como la ministra García Tejerina o Cristina Cifuentes. Estas
angelicales damas, que rechazan al demonio con el mismo ahínco que al
feminismo, dijeron con carica circunspecta que ellas iban a hacer huelga
a la japonesa.
Eso demuestra dos cosas. La primera que son
tontas. La segunda... que son muy, muy tontas. Perdón...¿hay alguien
dentro de esas repeinadas cabecitas? Porque, hasta una mindundi como yo
sabe que eso de la "huelga a la japonesa" es un cuento chino. Como lo de
los gamusinos. Y que aunque los nipones son una sociedad tranquila,
si leen un poco de historia se enterarían de las "huelgacas" que
montaron los japoneses hace algunas décadas para garantizar una sociedad
de cierto bienestar. Pero claro, solo son dos políticas con grandes
responsabilidades autonómicas y de estado. Su principal valor es no
desdecir nunca al patriarcado que, generosamente, les permite sentarse
en su regazo siempre que no les dé por ponerse demasiado estupendas.
Menos
mal que Marianico, tras ser informado de un hecho increíble (como es la
precariedad laboral de una limpiadora de hotel), una circunstancia que
la sociedad en general desconocía (entiéndase la ironía) vio la luz y
contradijo a sus leales cachorras.
¡Chupaos ésa princesas!
Que Rajoy apoya la huelga feminista. El día que el presidente se entere
de lo del rescate de los bancos, de la pestilente corrupción de su
propio partido, de las privatizaciones capciosas, de que hay pensiones
de trescientos euros y trabajos que no te permiten salir de la
pobreza... ¡Va a ser la hostia! Ya lo veo rodeando él solo el Congreso
(que para eso es un lince andando rápido) pidiendo la dimisión en pleno
de su propio gobierno.
¡Hay que ver la de gente que se ha
propuesto explicarnos a las mujeres por qué no debemos hacer huelga el
día 8! Sobre todo los que no han hecho una en su vida. Las y los que
olvidan deliberadamente (o aún peor, lo ignoran) que todos los derechos
laborales y sociales que se han alcanzado ha sido a fuerza de huelgas y
movilizaciones. Tomando la calle, la voz y la palabra. Y nunca
doblegando la cerviz ante un sistema que nos discrimina por una mera
cuestión de género y esperando que las cosas se arreglen por sí solas.
¿Les
suenan a las mujeres del PP, Ciudadanos o UPyD las sufragistas? Pues
resulta que, gracias a su lucha, vilipendiada por hombres y muchas
mujeres en su tiempo, ellas pueden ahora, no solo votar, si no ocupar
los inútiles cargos que las empoderan.
Como posesa perdida que
soy, el día 8 colgaré el delantal y el mocho. Haré la huelga junto a mi
compañero y mis hijos, todos machos pero con algo más de dos
neuronas. Por desgracia, no se puede decir lo mismo de algunas
relevantes hembras.
Porque, pese a lo que dice alguna gárgola, las mujeres responsables estaremos de huelga el día 8 precisamente por
eso, por responsabilidad. Y porque algunas tenemos compañeros, hijos,
padres o hermanos que comparten nuestra lucha y se han ofrecido para
cubrirnos en todas las tareas que asumimos cotidianamente. ¿Acaso
estarán endemoniados mis dos hijos por entender a la mujer como una
igual y no como una subordinada? De ser así, me reconozco adoradora del
demonio hasta las trancas.
Perdón, de Satanasa.
Tiene
razón Munilla. El feminismo es satánico. como el rock-and-roll. Pero
además es un movimiento cada vez más trasversal y progresivo. Y, por
lógica, imparable.
Así que ya pueden preparar agua bendita en
cantidades ingentes. Ya se sabe que los demonios son criaturas
caprichosas. Unos okupas de almas, como el feminismo, que una vez que se
te instala dentro, ya no hay exorcista que arregle el destrozo.
¡Vade retro patriarcado!
¿Que qué patriarcado? Pues el que tengo aquí colg... ¡Ups! Perdón. Es la diabla que me habita la que habla.
DdA, XIV/3787
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