domingo, 21 de enero de 2018

MINISTERIO DE LA SOLEDAD EN GRAN BRETAÑA: AQUÍ EL ESTADO LA FOMENTA

En Gran Bretaña se acaba de crear el llamado Ministerio de la Soledad, una secretaría de Estado encargada de todo aquello que tenga relación con los problemas de los nueve millones de británicos que viven solos, cifra que en nuestro país superaba hace un par de años los cuatro millones y medio de habitantes. Uno de cada cuatro hogares en España está en esa situación, lo que viene a representar un poco más del diez por ciento de la ciudadanía. Si al gobierno británico parece al menos que le preocupa esa circuantancia, creciente a medida que la población envejece, al que encabeza don Mariano el Obvio le importa un comino, incluso hace lo posible porque quien esté solo lo siga estando, tal como comenta hoy Sergio del Molino en CTXT, si con ello se le niega 370 auros a una octogenaria que no dispone de más recursos. Indigna, repugna, agrede.


Dos hermanas, Encarna y Julia, de 83 y 94 años, se fueron a vivir juntas a una residencia de Soria, y la administración reaccionó con premura y diligencia, enviándoles una carta en la que anunciaban que iban a retirarle a Encarna su pensión no contributiva de 370 euros porque, al compartir residencia con su hermana, consideraban que formaban una unidad familiar. Para evitar perder tan gran privilegio financiero, las dos hermanas decidieron separarse, aunque lo único que querían al vivir juntas era mitigar su soledad. Esta semana, Julia murió en Madrid, a 230 kilómetros de su hermana, sin ni siquiera poder despedirse de ella.

Como creo mucho en la responsabilidad individual y en la desobediencia debida (de ahí que el movimiento de los insumisos me parezca la última expresión de grandeza y dignidad que tuvo la sociedad española), espero y deseo, en plan maldición gitana, que los funcionarios que redactaron y tramitaron la carta sufran de ansiedad, insomnio y culpa, que se les abra una úlcera, que la bilis les suba por el esófago y no les deje comer. Ya sé que la ley es la ley, pero estoy harto de una administración que sólo se muestra puntual, impecable e implacable con los mismos desgraciados de siempre. Es digno de aplauso y de asombro lo bien que funcionan departamentos, agencias, consejerías y ministerios cuando se trata de negarle 370 euros a una octogenaria que no dispone de más recursos.
 
Leer+@en CTXT                         DdA, XIV/3751                             

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