Gustav
Thibon señala que en la sociedad de ahora existe un enclaustramiento de
los individuos y una indiferencia masiva respecto del prójimo. Añade
que se está dando un proceso de erosión social que Paul Valéry llamaba «la multiplicación de los solos». Ese
proceso suele afectar también a las familias. (El Confidencial).
Gerardo Castillo Ceballos
Son los que por autosuficiencia y/o por comodidad
tienden a obrar según su propio y exclusivo criterio, sin contar con
quienes pertenecen al mismo grupo y sin atenerse a las normas de
convivencia establecidas en el mismo. Por ese motivo no valoran el
trabajo en equipo.
El individualismo es
ambivalente; ha sido interpretado como una autorrealización positiva y
también como algo arbitrario e insolidario. Fue muy valorado en el siglo
XIX, al vincularse a la corriente filosófica del liberalismo.
Actualmente, una persona individualista ya no suele ser vista como
“liberada”, sino como alguien que se interesa solamente por sí misma y
actúa siempre en beneficio propio.
Se trata de una
nueva forma de egocentrismo que es disfuncional para la maduración
personal. Difiere mucho del inconsciente egocentrismo de la primera
infancia, que, además, tenía una función en el desarrollo evolutivo.
Gustav
Thibon señala que en la sociedad de ahora existe un enclaustramiento de
los individuos y una indiferencia masiva respecto del prójimo. Añade
que se está dando un proceso de erosión social que Paul Valéry llamaba «la multiplicación de los solos». Ese
proceso suele afectar también a las familias. Muchas de ellas carecen
de vida familiar; sus miembros actúan cada vez de forma más
independiente entre sí; “cada uno a lo suyo” en una “casa-hotel”.
El
individualismo puede generar alienación (pérdida de identidad) y
aburrimiento (permanencia en lo mismo). Algunos individualistas
desengañados, tras tocar fondo, intentan romper con esa actitud, pero no
lo tienen fácil. Una viñeta humorística de David Bomy lo expresa así:
“He iniciado un tratamiento de desintoxicación de mí mismo”.
Paradójicamente,
la conducta individualista suele tener un origen social: es la sociedad
misma la que se ha vuelto individualista, dando primacía a las opciones
individuales frente a las normas sociales.
Para
una mejor comprensión del actual individualismo es útil recordar que
el advenimiento del posmodernismo como movimiento cultural del siglo XX
generó una crisis de la razón, que fue desplazada por el deseo y la
apetencia. Lo consistente fue sustituido por lo banal y el altruismo fue
suplantado por un nuevo individualismo.
En su obra El imperio de lo efímero (1987) Gilles Lipovesky describe
al “narciso” individualista. Señala que está dotado de un optimismo
superficial y polarizado en el tiempo presente, hasta el punto de que
vive olvidado del pasado y despreocupado del futuro. Daniel Innerarity
lo llama “instantaneismo huérfano de memoria y de proyecto”.
La
mentalidad individualista suscitó en la sociedad (principalmente en la
norteamericana) “un nuevo estilo de vida”: la llamada “moral de la
tolerancia”. El life-style justifica cualquier “debilidad” del ser
humano, proporcionándole comprensión ilimitada (coartada) para todo tipo
de comportamientos.
La nueva “moral” establece que cualquier cosa que yo haga es buena porque la deseohacer.
Lo que le da garantía de bondad es que emana libremente de mi deseo;
por ese simple hecho queda justificada en sí misma, sin que sea
necesario contrastarla con una norma moral objetiva. La nueva norma es
la ausencia de toda norma.
Los adolescentes y jóvenes atrapados en el presentismo se acostumbran al ritmo delo fugaz; sólo
disfrutan con lo cambiante y lo novedoso. Esto les hace inconstantes e
impacientes, lo que dificulta las relaciones interpersonales.
¿Se
puede prevenir el individualismo con una educación anticipatoria? Creo
que de algún modo sí, especialmente en el ámbito familiar, que es donde
la convivencia es más intensa y continuada. Sugiero hacer algunas cosas
juntos desde las primeras edades, como, por ejemplo, jugar, leer y
estudiar. La experiencia de alcanzar metas gracias al apoyo mutuo será
una buena referencia para el futuro trabajo en equipo.
Lo
esencial es fomentar la relación de persona a persona y la disposición
para el mutuo encuentro, como expresión del amor familiar.
DdA, XIV/3747
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