Breviario
Goti del Sol
En el mundo del fútbol pulula una ingente candidad de entes indeseables,
unos personajes reprobables. No hay más que escuchar las palabras de un
entrenador cuando su equipo ha sido derrotado para tener conocimiento
de una amplia nómina de esos sujetos. "La pelota no quiso entrar",
afirma con mucha seriedad. Qué cabrona la bola esa, va directa a
portería, impulsada por un afamado goleador y, de pronto, cambia de
idea, piensa que estaría bien fastidiar al propulsor, altera de improviso
la trayectoría y termina chocando contra una valla publiciataria. ¿Se
puede encontrar mayor maldad? ¿Y qué me dicen de ese condenado portero
que se empeña en despejar todos los balones? ¿Habrá mayor perversidad
que la de ese personaje, empeñado en fastidiar al equipo contrario?.
Incalificable. Son solo dos ejemplos, hay más como el clima que solo
perjudica a uno de los contendientes, o el estado del terreno de juego,
erre que erre poniendo dificultades a un solo equipo, pero creo que
ilustran la banalidad de esas declaraciones a las que se presta una
atención desmesurada.
DdA, XIV/3745
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