Félix Maraña
Todos podemos hablar con los pájaros, pero hablar como los pájaros,
ponerse al otro lado de nosotros mismos, para mirarnos de frente, sólo
lo pueden hacer seres como Joxean Artze, Hartzabal, poeta y místico,
músico, txalapartari, muerto ayer tan cerca de nosotros. Cuando se
mueren los poetas, el común lamenta mucho su desaparición, acaso porque
no se da cuenta que su obra pervive y nos acompaña. Joxean es el autor
de un poema trascendente, que perdura,
"Txoria, txori", que Mikel Laboa, otro amigo que hablaba como los
pájaros, cantó en todos los escenarios. Cierto día, hablando con ambos
sobre la música de la txalaparta –concierto el más natural, porque va de
la madera al viento y del viento al mundo–, sugerí que, quienes, como
Artze, dialogaban con el contrapunto de instrumento tan elemental y
delicado a la vez, podrían dialogar con los pájaros. Artze, que hablaba
con la discreción de la gente sensible, es decir, poco, musitó: "Cierto,
porque los pájaros a mí me responden y la gente sólo me aplaude". Jose Maria Iriondo Unanue,
que se anduvo como Artze en el "Ez dok amairu", y que hoy se encuentra
en las tierras del Chile, lloraba ayer la muerte del amigo. He procurado
reponer varias veces la canción de Mikel Laboa, para ver si de una vez
por todas aprendo idiomas. Y no lloro.
DdA, XIV/3744
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