Ella
se llama Ahed Tamimi, hoy en día tiene dieciséis años y es uno de los símbolos de
la resistencia palestina. En el momento de la primera fotografía tenía
once años. Se enfrentó a los soldados cuando este su hermano detenido por el ejército de ocupación en un checkpoint. Recientemenete las
fuerzas de ocupación israelíes la secuestraron, pidió a los soldados que
abandonaran su casa y el ministro de Educación sionista dijo que Ahed
debe permanecer encarcelada siete años por empujar a dos soldados. Una prima suya acaba de ser detenida también por oponerse al invasor. Se viene repitiendo hasta la saciedad y el asco que Israel es la única democracia de Oriente Medio. ¿Qué mundo es este y hacia do camina, con un sujeto llamado Trump en la Casa Blanca?
Es difícil estimar con precisión el número de niñas y
niños asesinados en Palestina por las fuerzas de ocupación israelí. Hay
datos de fuentes fidedignas que hablan de algo más de dos mil solo en
los últimos quince años. No creo que Herodes fuera tan eficiente en su
particular matanza de inocentes. Apenas era un aficionado si lo
comparamos con la precisión quirúrgica de los bombardeos y con el acoso
cotidiano que ejerce el gobierno de Israel desde hace décadas contra el
pueblo palestino cuyo resultado es una hemorragia constante de
criaturas muertas. ¿Inocentes?. Según dicen los rabinos hay que
exterminar el mal apenas brote. Y así es como ellos los ven. Como
semillas del mal, futuros enemigos, potenciales terroristas a los que
hay que segar de raíz sin compasión alguna.
Parece que Israel
también anda flojo en esto de la memoria histórica. No recuerdan, o no
quieren recordar, que los nazis aplicaron el mismo procedimiento para
aniquilar a los judíos. Presentarlos deshumanizados, cosificados, para
que la opinión pública no empatizase con el horror y la injusticia que
les esperaba. Para que vieran en un niño judío una alimaña. Un ser
peligroso y despreciable que debía ser gaseado antes de crecer.
Sorprendentemente,
al pueblo que padeció el Holocausto no se le arruga el alma a la hora
de utilizar el mismo patrón que usaron sus verdugos. Puede que asesinen
niños sí. Pero esos cachorros palestinos deben ser hijos de un dios
menor porque su sufrimiento no estremece a la comunidad internacional.
Lejos de ello, ese sociópata llamado Trump ha resuelto añadir más
gasolina al conflicto (nunca faltaron pirómanos sin fronteras en
los EEUU) declarando a Jerusalén como capital de Israel. Ahora, más que
nunca, las fuerzas de ocupación tienen licencia para matar. Y el
presidente pirado ha advertido alto y claro en la ONU que le cortará el
grifo a cualquier país que intente enmendarle la plana. Así son las
cosas en este circo mundial. El dinero tapa los charcos de sangre
inocente. El dinero es el único dios verdadero.
Ahed Tamimi es
una cría palestina de dieciséis años. Cuando tenía once años se
enfrentó con sus diminutas manos a un soldado israelí que estaba
asfixiando en el suelo a otro niño palestino. El video se hizo viral.
Recientemente, increpó y abofeteó a dos soldados que estaban hostigando a
la gente de su aldea. Ahed y su madre fueron detenidas y, en estos
momentos, no se tiene constancia de su paradero. No sería extraño que
nunca aparecieran.
En estos días se celebra en Occidente el
nacimiento de una criatura que ya nació marcada por la persecución y la
muerte. Dicen que era el hijo de dios. Pero de uno de primera ¡eh!. No
un tuercebotas como Buda, Yavé o Mahoma. Un dios como dios manda con sus
apocalipsis y sus diluvios universales. Y aún así, quizás por haber
nacido en Palestina y a pesar de ser judío, cuentan que el pobre Jesús
lo tuvo crudo. Y que cuando pidió ayuda a su progenitor, éste se llamó a
andana.
Ahed también nació marcada. Desde el principio le
rodeó la muerte y la constante amenaza. Como una leona, valiente e
inconsciente a partes iguales, se pone cara a cara con sus agresores. Su
menuda y delicada mano se estampa en el rostro del soldado armado hasta
los dientes. Cuentan que hasta el flower-power de Cristo se lió un buen
día a latigazos. ¿Qué hubiera hecho de ser Ahed Tamimi? ¿Cómo
reaccionar ante el chorreo infanticida que no cesa? ¿Cómo ante la
pasividad internacional? Ante la complicidad.
Cuando brinden
por la llegada del niño Jesús piensen un segundo en Ahed y en todos los
niños y niñas que mueren o crecen traumatizados a causa de nuestra
indiferencia. Puede que a algunos les conmueva y a otros es importe un
pimiento. A los segundos les diré que de lo que se siembra se recoge. Y
una situación tan cruel e inhumana es un campo abonado para que germine
el terrorismo. Un enemigo al que solo se puede combatir desde la
justicia y el respeto por la vida. Justo lo contrario que se está
potenciando.
¡Felices fiestas a todas y todos! No importa a
qué dios (o sindiós) anden afiliados.¡ Ámense como si no hubiera un
mañana! Y recuerden que no basta invocar al cielo para cambiar lo que
nos ofende. Los dioses deben estar sordos o se lo hacen. Habrá que
mojarse.
DdA, XIV/3726
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