jueves, 11 de mayo de 2017

MUERE EL PARTIDO SOCIALISTA EN FRANCIA Y VALLS SE SUICIDA POLÍTICAMENTE

Félix Población

Después de anunciar que el Partido Socialista francés del que formaba parte está muerto –quizá porque sin él no tiene futuro-, Manuel Valls anunció que se iba con el partido del triunfador Macron,  próximo presidente de aquella República.  También Hollande dijo algo así hace dos años: "Es necesario un acto de liquidación, hará falta un harakiri, hay que liquidar el Partido Socialista para crear un Partido del Progreso”. Valls –cuentan los expertos- merodeaba alrededor de lo mismo, pero mientras tanto el astuto Macron, desconocido del público pero íntimo de los pesos pesados más relevantes gracias a su trayectoria ejemplar por las cocinas del poder fáctico financiero, actuaba

Cuando Valls se dio cuenta se enfadó mucho –según los analistas de la política francesa-, pero Macron ya había alcanzado altura de vuelo. Creyó el primero poder vencerle desde el PS, pero perdió las primarias, que dieron la candidatura a un político tan gris y anodino como algunos compañeros suyos de por aquí, un tal Benoît Hamon, cuyo único mérito es haber impedido la victoria de la nueva izquierda melenchoniana y certificar con su 6% la pasokisación del partido, como también ocurrió en Holanda. 

Su fracaso en el PS debió afectar mucho a don Manuel Valls, que se apresuró a afirmar tras los paupérrimos resultadosde su partido en las elecciones presidenciales, que será uno de los candidatos de La República en Marcha para las elecciones legislativas del próximo junio. El ex primer ministro francés de origen catalán justificó además su decisión por la importancia de "dar a Emmanuel Macron una mayoría amplia y coherente para que pueda gobernar". 

Cuando leí esto, me pareció el tal Valls un tipo tan camaleónico como muy creído. No solo da por muerto al partido del que se va –cual rata que abandona el barco cuando hace agua-, sino que se cree imprescindible para dar a Macron una amplia y coherente mayoría, en la que un militante socialista o así se une a la derecha pura y dura. Da un poco de asquito, ¿no? 

Lo bueno del caso es que después de tanto darse importancia, a Valls no lo quieren en el partido que marcha con Macron y lo van a expulsar del partido que dio por muerto con su marcha para apuntarse al del vencedor. Parece un suicidio o naufragio político en toda regla. ¿O no? También podría ser una nueva lección para el PSOE: La del PSF y la de Valls, adaptada en este último caso a quien ustedes consideren más cerca del ex primer ministro en derechización.

DdA, XIV/3533

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