Dar de beber a los cerdos camino del matadero, cuando son transportados en la caja metálica de un camión a 35 grados de temperatura, no es un crimen. Lo celebramos tanto como la activista canadiense Anita Krajnc, que se enfrentaba a una acusación criminal que le podía haber costado seis años de cárcel por haber hecho lo que ilustran estas imágenes .
Durante el juicio, Krajnc defendió su acción como respuesta humanitaria ante el sufrimiento de 190 animales hacinados en
un camión a tal altas temperaturas. La activista negó la acusación de haber
provocado daños o peligro a la seguridad del transporte y aseguró que
seguirá protagonizando este tipo de activismo. La organización Toronto Pig Save se ha felicitado por la resolución
judicial a favor de Anita Krajnc y ha insistido en reclamar que las
autoridades de Canadá garanticen unas condiciones dignas en el
transporte de animales.
DdA, XIV/3533
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