¡A
ver a quién no le da la risa tonta después de dar un repaso a la
actualidad!. Porque hay que reconocerlo. Los escándalos van saliendo
como una ristra de chorizos (nunca mejor dicho) y eso que se zancadillea
a la justicia con la pericia de un futbolista marrullero. Pero oye... y
lo que nos desternillamos con esta fauna, ¿acaso no vale un imperio? O
una nación o dos. Lo digo porque, según el CIS, PP y PSOE siguen
capitaneando la intención de voto de los cachondos españoles. Y el Artur
Mas, heredero del abad Pujol y su trajín de "misales" por los
confesionarios suizos, aparece ante los nacionalistas catalanes como el
mismísimo Moisés separando las aguas del Ebro para liberar a su pueblo
del yugo carpetovetón. Si con lo que nos han amargado, y nos siguen
amargando, la vida esta gente con recortes anti-sociales, rescates
bancarios previa reforma constitucional "ad hoc" para hacernos
acreedores de sus trapicheos, de las sucesivas reformas laborales y la
merma de derechos sociales, incluido el de expresión, etc... no fuera
suficiente leña para escarmentar tengas la ideología que tengas, luego
viene la otra parte. La de la mafia esperpéntica y cañí que, amén de
habernos robado por encima de nuestras posibilidades, son tan zafios/as
que "Torrente" a su lado parece un boy scout.
Y
tiene que ser eso mismo. Igual que Torrente es record de taquilla, el
libro de Belén Estebán el más vendido o individuos como "El Dioni" una
especie de mito popular. Nos va el cutrerío. Y de eso andamos sobrados.
Aquí pasamos de los volquetes de putas a madres superioras con acento de
Mollet con la naturalidad de un Mortadelo transformista.
Como
organizaciones criminales, igual unos que otros, son una birria y te
partes la caja con sus tramas desorganizadas, sus grabaciones soeces y
sus disfraces de personas respetables y temerosas de dios. Pero hay que
reconocer que, pese a todo, dan mucho miedo y bastante asquito. Ahora
resulta que el fiscal anti-corrupción también huele a podrido. Será por
eso que le sobrevuelan tanto las gaviotas. El secretario de estado que
avisó a los Granados de que estaban siendo investigados sale por
peteneras recitando a Calderón para mostrarse como víctima de un
calvario, de una cacería personal. Moix y José Antonio Nieto, dos buenas
piezas para ganar la partida en el tablero delincuencial. O por lo
menos, amortiguar el impacto.
Porque
actuaban con total impunidad y sin esconderse demasiado a la vista.
Todo el mundo sabía que las fortunas de tipos como Granados, los Pujol o
Matas no eran trigo limpio. Hacían ostentación de palacetes, monterías
en fincas estratosféricas y viajes a lugares paradisiacos para
reventarle las tripas a un león o cualquier otro bicho exótico que se
les pusiera por delante. Eran como esos nuevos ricos a los que les asoma
el pelo de la dehesa por debajo del smoking.
Se
creían por encima de la ley (aunque en eso casi aciertan) que rige para
el resto de los mortales. Por eso les cuesta tanto asumir que en algún
momento den con sus huesos en la cárcel. Aún así, exigen privilegios.
¿Qué es eso de tener que hacerse la cama ellos mismos en su celda? ¿Cómo
es posible que no les sirvan vino en las comidas? ¡Cómo está el
servicio..penitenciario, hay que ver!
Ahora
Granados solicita un permiso por la boda de su hija y para poder cuidar
de su anciano padre. Será una boda humilde, a no ser que, de
nuevo, algún fontanero se olvide otro millón de euros encima del
armario de su suegro. Y yo me pregunto: ¿Los demás presos salen para las
bodas de sus vástagos? Bueno, uno sí. El señor Matas lo consiguió y,
pese a no tener presuntamente un chavo, montó un bodorrio que casi
eclipsó al de Anita Aznar. Seguro que se obró un milagro que transformó
el pan en langostas, previamente multiplicadas, y el agua en moet
chandon. ¡Gente de poca fe!
Lo mejor
es que todos estos buenos cristianos, sin olvidar a la madre
superiora Ferrusola, se podrían reagrupar en una congregación
acondicionada a sus elevados valores morales. Mira, hasta se podría
sacar utilidad al puñetero Valle de los Caídos e instalar allí a toda la
bendita banda. Podrían llamarse la cofradía del perpetuo saqueo. O la
de los comisionarios del tres por ciento. Aquí la imaginación y el
absurdo no tienen límites. A lo mejor podíamos sacar rentabilidad al
asunto y hacer del Valle de los caídos... por corruptos una especie de
parque de atracciones donde mostremos al mundo el bestiario del
surrealismo bandolero patrio. A Berlanga en estos días se le amontonaría
el trabajo. Ahora que los guiones se le escribirían solos. La realidad
supera, de lejos, a la más esperpéntica ficción.
Y sin embargo... les votan. ¡Cómo nos va el barro! ¿O es el fiemo?. Eso sí, nos echamos unas risas.
DdA, XIV/3533
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