Fabián Escalante/ La Pupila Insomne
Durante
la pasada campaña electoral en Estados Unidos, el actual presidente
Donald Trump acusó a uno de sus oponentes republicanos, Ted Cruz, de ser
descendiente de un sujeto –de origen cubano- Rafael Cruz, participante
del asesinato del presidente Kennedy. Aquello causó gran revuelo y la
negativa del candidato, sin embargo, ya pasada la puja electoral en las
filas republicanas nuevamente la prensa sensacionalista de ese país,
ante un nuevo comentario acusatorio del Presidente, retomó la denuncia y
Ted Cruz volvió a negar el pasado familiar del que le acusó Trump.
Dos
fotos avalan la acusación, en las cuales Lee Harvey Oswald, el presunto
asesino solitario, reparte proclamas el 9 de agosto de 1963 en la
céntrica calle Canal de Nueva Orleans. En ellas se marca a un sujeto,
que acompaña a Oswald en la actividad y se afirma, comparándola con una
foto de época, que es Rafael Cruz. En la foto se observa otro sujeto de
traje oscuro, que se parece mucho al oficial CIA David Phillips, uno
de los indiciados como ejecutor del operativo magnicida.

Imagen difundida por la prensa norteamericana.

Imagen difundida por la prensa norteamericana.
¿Qué
hay de cierto en estas acusaciones?. ¿Acaso Rafael, como se le acusa,
estuvo involucrado en el crimen de Dallas?¿Qué sabemos al respecto?.
Oswald,
un demostrado agente CIA, después de cumplir misiones en la URSS y
Dallas, llegó a Nueva Orleans procedente de ésta última ciudad, el 28 de
abril de 1963 y de inmediato contactó a Guy Banister y David Ferrie
directivos de la organización contrarreevolucionaria (CR) “Cuba
Democrática”, allí se vinculó a los operativos que este grupo realizaba
en el entrenamiento de un destacamento (“comandos mambises”) de cubanos
CR-CIA radicados en las inmediaciones del Lago Pontchartrain en aquella
localidad.
A
finales de mayo, en un giro de 180 grados en la conducta de Oswald y
sus simpatías manifiestas, escribe al presidente de los comités pro
justo trato a Cuba y le propone abrir una filial de su organización en
aquella ciudad, imprime manifiestos, que cumpliendo la ley estatal que
exige la identificación del emisor, pone como pie de imprenta en ellos,
un nombre falso y la dirección de “Cuba Democrática”.
Transcurren
los meses de junio y julio en estas actividades, pero hasta entonces
con perfil bajo. Antes, el 10 de junio el presidente Kennedy pronunció
un valiente discurso en la Universidad Americana en Washington en el
cual llama a la coexistencia pacífica entre los dos sistemas sociales
existentes, contra la carrera armamentista y la igualdad de los hombres,
algo que como se conoce se oponía frontalmente a las doctrinas del
“complejo militar industrial, congresional y financiero” norteamericano,
declaración que según el criterio de quien subscribe, lo condenó a
muerte.
El
1ero de agosto, Oswald escribe una nueva carta al presidente del comité
pro justo trato a Cuba y denuncia que ha sido hostigado por cubanos CR
mientras repartía proclamas a favor de Cuba, hecho que aún no había
sucedido.
El
5 de ese mes, visita el establecimiento comercial “casa Roca” propiedad
de Carlos Bringuier, connotado CR y agente CIA, jefe del grupo
Directorio Estudiantil y le oferta sus servicios como experto en guerra
irregular, lo cual es rechazado y al siguiente día le deja un manual de
guerra de los marines en su tienda. No cabe la menor duda que se está
auto señalando, en tanto –como antes se comentó- él tenía los contactos
necesarios con los elementos indicados para tales propósitos.
El
día 9 en unión de varios cubanos emigrados, comienza a distribuir
proclamas a favor de Cuba en la concurrida calle Canal, (es entonces
cuando se produce el enfrentamiento antes relatado en su carta al comité
pro justo trato). Bringuier declarará posteriormente que fue avisado y
en unión de tres sujetos, Celso Hernández, Carlos Quiroga y Miguel Cruz,
llegaron al lugar de los hechos, confrontando a Oswald, que sonriente
le expreso: “pégame Carlos”. Entonces, como en un guion cinematográfico,
llegó la policía, los detuvo y solo Oswald tuvo que pagar una fianza.
A
la salida, William Stuker, un comunicador local, les propuso a ambos un
debate radial, mediado por el veterano agente CIA Edward Butler, que se
desarrollaría el 21 de ese mes, en el cual Oswald se declararía
marxista, leninista y fidelista, grabación que convenientemente Butler
entregaría después del asesinato del Presidente.
A
principios de Septiembre, el conocido contrabandista de armas, Robert
McKeown, residente en aquel Estado -según le confesó años después al
famoso comunicador norteamericano Dan Rather de la Columbia
Broadcasting- recibió la visita de Oswald, que en unión de un cubano
de apellido Hernández, quizás Celso Hernández, le propuso comprar tres
fusiles “savage” franceses con mira telescópica.
A
finales de septiembre -por confesiones posteriores del veterano
terrorista Antonio Veciana Blanch- se conoció, que en esa fecha en
Dallas, Texas y en los portales del edificio de Correos se había
encontrado con su oficial de caso David Phillips conversando con un
sujeto que después reconoció con Lee H. Oswald. Precisamente a partir de
ese momento, comienzan otros encuentros de Oswald con emigrados cubanos
que finalizaran en su intento a finales de ese mes, de viajar desde
México a Cuba para “legalizar” sus vínculos con la Revolución.
Pero
regresemos a Nueva Orleans. ¿Quiénes fueron los cubanos contratados por
Oswald para distribuir proclamas procubanas? Ya conocemos que al menos
había un Cruz en aquel episodio, quien según dijo Bringuier lo acompañó
para enfrentar a Oswald. En las fotos mostradas por los medios
norteamericanos que han señalado a Rafael Cruz se distingue muy
claramente al sujeto, que comparado con la foto de entonces de Rafael,
parece ser la misma persona, junto a otro individuo muy parecido a David
Phillips, un veterano oficial CIA radicado en Cuba desde 1958, luego
involucrado en Bahía de Cochinos, más tarde en la agresión de 1965 a
Dominicana, luego en el asesinato del Ché, después en los complots de
atentados a Fidel en Chile y finalmente en el derrocamiento de Allende, y
que según mis investigaciones fue uno de los operativos que dirigió el
asesinato de Kennedy.
¿Entonces, que hacían todos los cubanos exilados en aquella escena que como se ha demostrado fue montada por la CIA?.
Si
hurgamos la historia posterior al asesinato y la intensa campaña
desplegada por el complejo publicarlo e informativo estadounidense, que
se empeñó en responsabilizar a Cuba con el magnicidio, comprobaremos que
el grupo de Nueva Orleans, encabezado por Bringuier-Cruz tuvo un
determinante papel, junto a la grabación de la controversia representada
con Oswald en agosto, comprenderemos que todos ellos, estuvieron en el
complot criminal que el 22 de noviembre de 1963 arrebató la vida al
presidente John F. Kennedy, un hombre, que según sus palabras, estaba en
un proceso de cambio y valoraba el negativo papel en la política
norteamericano del “complejo militar, industrial, congresional y
financiero” norteamericano.
Entonces
cabe la pregunta ¿si Oswald fue el asesino solitario como lo declararon
las investigaciones oficiales norteamericanas de entonces, qué papel
jugaron estos cubanos, entre ellos Bringuier, Cruz, Quiroga, Hernández y
demás en aquel episodio? Una incógnita más que no ha sido esclarecida a
causa exclusivamente de la negativa del gobierno de Estados Unidos a
desclasificar sus investigaciones sobre el magnicidio de Dallas a 54
años de ocurrido el crimen.
DdA, XIV/3535
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