Félix Población
A la
baronesa Díaz le preparó el sábado Abel Caballero, el alcalde de Vigo, un
jubiloso evento para estimular su candidatura a las primarias del PSOE. Logró Caballero
que hasta 2.500 ediles de toda España corearan en Madrid el nombre de la
mentada para hacer verosímil que con solo su evocación el Partido Socialista
puede resurgir de su declive. Ante semejante escenografía de incondicionalidad,
la baronesa no pasó de decir que se encontraba con ganas, ilusión y ánimo.
Consciente
acaso de su contribución a que el PSOE se haya denigrado hasta tal punto
defenestrando a su anterior secretario general de tan caciquil manera, es como si doña Susana todavía
sintiera un cierto reparo al confesar su aspiración a ese cargo. Asombra pensar
en la amnesia de esos 2.500 ediles, en nada comparables a la memoria de aquella
militancia que creyó en la palabra de Pedro Sánchez y que con toda seguridad no
se va a decantar por la responsable de
su caída.
El fin de
semana también tuvo dos citas resaltables. Por un lado, el congreso del
Partido Popular, en el que al parecer se dirimió si era gaviota o charrán el
símbolo de su anagrama, con inclinación clara a favor del segundo, pues aunque la gaviota cosa del fundador Fraga, ¿cómo identificar a un partido de congreso tan plácido y
trayectoria tan pulquérrima con un ave de instintos carroñeros? Por otro lado, la asamblea de
Podemos, que dio una victoria contundente a Pablo Iglesias frente a los
instigadores del jaque mate pastor.
En el congreso
del PP, por primera vez en las convocatorias de esta entidad, no hubo ni una
sola alusión al que hasta ahora había sido adversario político de ese partido, el
PSOE. Sí las hubo, con la sucinta gracia y talento habituales, al que ahora sí
parece ser nuevo adversario: Podemos. El dato es muy significativo y debería
preocupar a los 2.500 ediles del alcalde caballero y a su aclamada baronesa,
pues la pérdida de entidad del Partido Socialista como adversario se debe a la abstención que hizo posible la continuidad del gobierno
del Partido Popular.
Lo único que debe temer el partido en el gobierno no provendrá de la comisión traidora
del PSOE ni de quien gracias a esa comisión puede aspirar a sustituir a Pedro
Sánchez en la secretaría general. Buena parte de la militancia de ese partido
sabe, así como la mayoría de sus votantes, que fue aquel tardío Sánchez que intentó negociar con Podemos para evitar la investidura de Rajoy el que puede aspirar a devolver al PSOE su categoría de adversario del PP. Mientras, este partido podrá permitirse congresos tan plácidos como este de dirimir si lo suyo es símbolo de charrán o gaviota.
PS.- Lo previsto: el PSOE de la comisión traidora lamenta el triunfo del "pablismo-leninismo" y calcula que así va a ser difícil trabajar juntos.
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