viernes, 6 de enero de 2017

LA REINA CONSORTE NO SE SANTIGUA EN NAVIDAD

Félix Población

Viene a cuento el titular de este post por lo escrito y comentado con la firma del director de Hispanidad, Eugenio López. No se sabe si por necesidades de audiencia para su publicación o porque su información tiene así de claras la fuentes y puede permitirse darlas por seguras, lo cierto es que la reina consorte de España está otra vez fuera de control, según titula esa publicación,  y eso origina algunas problemas a la institución de la que forma parte por amoroso vínculo, gracias a una noche de fiesta en el piso de Sabina. 

Se derivan estos problemas, al parecer, de su poco aprecio a curas, militares y políticos -en sintonía con la mayoría creciente de la población-, de la dieta vegetariana que sigue a rajatabla e intenta aplicar a sus hijas, y de la educación laica que pretende dar a estas en el colegio Los Rosales al que la princesa de Asturias y la infanta acuden. En la información se asegura que la reina consorte trata de sabotear cualquier tipo de formación cristina para sus hijas, algo que alarma especialmente a López pues en el caso de doña Leonor se trata de la heredera al trono.

Aparte de comentar la simpatía de doña Letizia por Podemos y Pedro Sánchez -compañero de instituto-, el periodista se refiere al malestar del jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín, con relación a la autonomía de la señora de Borbón para trabajar sus discursos al margen de la política oficial, así como a su deseo de intervenir en las alocuciones de su esposo, al que ha enseñado a leer con más arte y gestualidad que los que Fernán Gómez pudo conseguir del rey emérito. Cabe pensar, por lo tanto, que no haya sido doña Letizia quien incorporase al discurso de Navidad del monarca malventurada aquella frase en la que este abogaba porque nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas, que se interpretó como una alusión a las miles de víctimas de la dictadura enterradas como alimañas en fosas y cunetas desde hace ochenta años. 

También se comenta en Hispanidad que doña Letizia dio la nota en la misa de Navidad celebrada en el Palacio de la Zarzuela, con su familia y sus suegros don Juan Carlos y doña Sofía presentes. La causa, dice López, fueron sus habituales gestos de desaprobación, no santiguarse y no rezar el Padrenuestro. Pareciera, por lo tanto, que a la reina consorte le hubiera sobrevenido un repentino retorno al pasado, cuando ejercía de periodista agnóstica y republicana.

Otros asunto que también preocupa al parecer al jefe de la Casa Real ya mentado, es el celo con el que Letizia de Borbón Rocasolano mantiene su dieta vegetariana, obsesionada con la ostensible delgadez que exhibe y gusta, tratando no solo de imponer esa misma dieta a sus hijas sino de recomendar el plato único como norma a establecer en el almuerzo de los españoles.

PS.- Las imágenes en las que aparece doña Letizia retocándose los labios mientras el rey saluda al presidente de Gobierno, durante la celebración de la Pascua Militar, están siendo muy comentadas y podrían ser indicio de la consideración que a la reina consorte le merece don Mariano.

DdA, XIV/3432

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