Lazarillo
Ayer, durante la emisión especial que La Sexta ofreció para informar del último esperpento perpetrado en el retablo de la vida política de este país y que tuvo como escenario la sede del PSOE, García Ferreras tuvo la ocurrencia de calificar a Javier Fernández, el presidente del gobierno de Asturias y director de la gestora con la que el Partido Socialista pretenderá subsanar su insubsanable quiebra, de persona querida y respetada por una y otra facción, la de Susana Díaz y Pedro Sánchez. Esto debió de sentar especialmente mal en Asturias, donde es bien sabido que el tal Fernández es hijo político de Fernández Villa, secretario del Sindicato de Obreros Mineros de Asturias durante 34 años, expulsado del PSOE y de la UGT en 2014 por fraude fiscal. Ferreras expuso como mayor aval de Fernández el que sus padres estuvieron internados en un campo de concentración, olvidando que como presidente del Principado de Asturias se negó a conceder distinción institucional alguna a José Antonio Alonso, más conocido por el Comadante Robert, luchador antifascista, nombrado Caballero de la Legión de Honor por el gobierno francés, y a cuantos otros luchadores antifranquistas pelearon contra la dictadura en las montañas de esa región. Como colofón a esta nota, este Lazarillo comparte el agudo comentario de mi estimado Goti del Sol, siempre capaz de una fina ironía en medio de la indignación: "Como en Asturias todo va como una seda, no hay el menor problema y los presupuestos se aprueban con holgada mayoría, lo más lógico es que el Presidente de esa Arcadia sea el encargado de dedicarse a reparar la vía de agua del barco socialista al no tener mayor ocupación que atender".
+@Javier Fernández no es profeta en su tierra. Léase Atlantica XXII
DdA, XIII/3351
No hay comentarios:
Publicar un comentario