Metamorfosis
Unos paleontólogos o como se 
llamen dicen haber descubierto en la India el parásito social más 
antiguo de la Humanidad. Tiene 52 millones de años de edad y no es un 
banquero, es un escarabajo. 
Jaime Poncela
El mismo día que nos enteramos de cómo una banda de sinvergüenzas se 
pulía tarjetas de crédito en Bankia, van unos paleontólogos o como se 
llamen y dicen haber descubierto en la India el parásito social más 
antiguo de la Humanidad. Tiene 52 millones de años de edad y no es un 
banquero, es un escarabajo. Su estrategia depredadora consistía en 
colarse en el nido de otros bichos. Se colocaba allí poniendo cara de 
buena persona, se arrellanaba en el salón haciéndose pasar por uno de 
ellos y cuando ya nadie reparaba en él se zampaba todo lo que había en 
la casa, incluyendo a los hijos de sus inadvertidos anfitriones. Si a 
este escarabajo conservado en ámbar se le hubiera dado una tarjeta de 
crédito de Caja Madrid y se le hubiera hecho miembro del consejo de 
administración, su comportamiento no habría diferido en nada con el de 
toda esta banda de políticos y sindicalistas que ponían barra libre en 
los puticlubes y los últimos restaurantes de moda a base de saquear los 
ahorros de todos los pensionistas. Llegados a cierto punto, la 
diferencia entre un escarabajo y un consejero de Bankia es solo una 
tarjeta de crédito. Estas coincidencias vienen a demostrar que los 
ladrones y los parásitos sociales han existido siempre y que la tarjeta 
de crédito puede ser considerada como un avance del capitalismo o como 
una regresión al parasitismo social de hace 52 siglos, todo depende. La 
función crea el órgano, aunque a veces el órgano (la tarjeta) invita a 
ejercer la función (robar). De hecho, la historia reciente de Caja 
Madrid y Bankia ya no va a ser estudiada por economistas sino por 
especialistas en escarabajos y parásitos sociales del Jurásico  ya que 
hay noticias que solo se pueden entender si se analizan desde el punto 
de vista de un insecto especializado en ser depredador de lo ajeno. Una 
vez más nada es lo que parece. Hay ejecutivos trajeados que viajan en 
Audi o sindicalistas con aspecto responsable y camisa de cuadros a 
quienes nadie confundirá a simple vista con un escarabajo. Ahora bien, 
póngales usted en la mano una tarjeta de crédito “negra” con cargo a lo 
ajeno y verán cómo se convierten en coleópteros dispuestos al saqueo 
feroz y sistemático con la misma saña que unos bichos de hace 52 siglos.
 Franz Kafka pasó a la historia como un tipo raro por escribir un libro 
contando la metamorfosis de Gregor Samsa, el tipo aquél que despertó una
 mañana convertido en escarabajo. Lo que escribió Kafka es una broma 
comparado con lo de Caja Madrid, un edificio que parecía un banco pero 
que estaba administrado por escarabajos saqueadores.
Artículos de Saldo  DdA, XIII/3352 

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