Rajoy inició ayer desde la misma Presidencia del Gobierno y de modo totalmente censurable la campaña del miedo que se nos avecina ante la alianza electoral Podemos/IU-UP.
Félix Población
En febrero de 2014, el excelente actor Juan Diego Botto
convocó en la Sala Mirador de Madrid a Pablo Iglesias y Alberto Garzón a fin de
ofrecer un debate entre ellos que fue seguido por un público tan interesado
como numeroso. En el mismo no pudo faltar la cuestión que desde entonces fue
motivo de muchas expectativas y especulaciones: la posibilidad de que Podemos e
Izquierda Unida pudiesen concurrir en alianza electoral a unos comicios.
No fue
posible un año y medio después y muchos lo lamentamos el pasado 20-D, porque el
número de escaños que hubiesen logrado ambas formaciones, en concurrencia con
las confluencias establecidas con otros partidos en Valencia, Cataluña y
Galicia, habría sido sensiblemente mayor al logrado por Podemos e Izquierda
Unidad/Unidad Popular. A los cinco millones y pico de votos obtenidos por la
formación morada habría que añadir ese casi un millón de IU/UP con el que ésta
no pasó de dos escaños como consecuencia de la injusta ley electoral vigente.
Ayer,
como resultado de la nueva convocatoria electoral a resultas de la falta de
acuerdo entre los partidos llamados a posibilitar con el PSOE un cambio
político progresista tras las pasadas elecciones, lo que no fue posible el
pasado 20-D entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón será realidad: Podemos e
IU/UP concurrirán juntos el 26 de junio, sin que se sepa todavía cuál será la
denominación con la que lo harán. Una vez conocida la noticia, publicitada
mediante un abrazo entre ambos líderes en la Puerta del Sol de Madrid –escenario
del 15-M-, los medios de comunicación adscritos al bipartidismo turnante hasta
la última cita electoral, han puesto en marcha lo que con toda seguridad va a
ser una campaña en la que resurgirá el fantasma del miedo –tan agudamente
analizado por el llorado profesor José Luis Sampedro en una entrevista con
Évole- y que ayer mismo encabezó Rajoy con su vídeo presidencialista y
descorbatado desde la Preisdencia del Gobierno, inadmisible como propaganda
electoral.
Nos van a hablar mucho en las semanas que vienen, desde los tres
partidos que se enfrentarán a esa alianza y los medios que la combaten, de la
extrema izquierda radical y del espectro del comunismo, insistiendo en los
mensajes de moderación que reiterarán esas tres formaciones. Pero hay una cosa clara a
estas alturas de la película: que esos mensajes de moderación han traído hasta
donde estamos a este país y que una mayoría de la nuevas generaciones que lo
integran –duramente castigadas por el desempleo, la precarización y el exilio
económico- están hartas de tanta promesa sensata, moderada y regeneradora sin
que se adviertan los resultados en las tareas de gobierno, antes al contrario.
El PP es un partido corrupto, el PSOE es
un partido que ha perdido su lugar e identidad y Ciudadanos es un partido surgido a
expensas de la corrupción que afecta al primero y que aspira a poner en práctica la misma política económica que hemos soportado en los últimos cuatro años. Esto es lo que hay y más de seis millones de
votantes así lo han reconocido en los pasados comicios.
Si como más sólido
argumento, tanto PP como PSOE y Ciudadanos basan su campaña en el miedo a la extrema izquierda radical, es muy probable que esos seis millones y pico de votantes se incrementen. Sobre todo si enfrente encuentran, por parte de la nueva alianza de izquierda, una campaña que supere en creatividad y proximidad con la calle la entidad y pobreza de mensaje que el recurso al miedo comporta y significa, pues de miedo están hechas las dictaduras, no lo olvidemos. Este país bien lo sabe.
+@Aunque no creo que se dé el caso, la suma PSOE, Podemos e IU/UP se pondría al borde de la mayoría absoluta.
DdA, XIII/3263
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