Muchas veces, desde que viajé a Cuba hace ya muchos años, este Lazarillo ha tratado de reencontrarse con los magnéticos y espectaculares colores de los cielos de La Habana desde el Malecón. Agradezco a mi estimado amigo Fenando de Silva el placer de haberlos plasmado en esta fotografía impresionante, fruto del buen ojo y buen hacer de Fernando en estos menesteres. Agradecido, pues, por la emoción que me ha procurado.
Fernando de Silva
Hoy
va de contrastes. Un atardecer bañado por un temporal, que hace que el
Malecón se llene de la espuma de una mar bravia, comparte la escena con
un cielo en el que las negras nubes abren paso a los últimos rayos de
sol. Y ese juego de luces y sombras da paso a la presencia de un
vehículo de los años 50. Y esto surge de forma natural, sin la
intervención del hombre, y sí de la naturaleza y la historia de cuatro
ruedas. Si el mundo y el paisaje es poesía, la imagen no hace más que
hacer justicia a un momento muy especial. Así es Cuba.
La
fotogeafía, tomada con una cámara Canon 5D Mark III, fue tomada con un
objetivo zoom 70/200 mm, en esta ocasión a una distancia focal de 70 mm,
con un ISO 400, a una velocidad de 1/200 segundos, y con un diafragma
f/13. Hoy parece que la combinación es más equilibrada.
SinLaVenia DdA, XII/3235
No hay comentarios:
Publicar un comentario