Félix Población
He esperado a ver la
segunda de las emisiones del nuevo programa de Cuatro TV Toma partido porque en
la primera creí que se había producido un alarde excesivo de histrionismo
polemista. Esto es, que los tertulianos convocados se habían desbocado y habían
pretendido con su griterío y sus aspavientos -facilitados por hablar de pie
detrás de un pequeño atril- llamar hiperbólicamente la atención del televidente con sus enconadas
e impostadas disputas.
Se tiene la sensación, a costa de ver siempre a los mismos tertulianos en una y otra cadena televisiva, que los que tanto se prodigan forman parte de una especie de club o cotarro cerrado al que no pudiera acceder ninguna voz nueva que aireara o renovara el ambiente. De este modo, por mucho que algunos denoten su insuficiencia, ineptitud, fobias o sectarismo, no hay posibilidad de que otros profesionales más cualificados les priven de las correspondientes remuneraciones.
Acabo de leer que el estreno de Toma partido el pasado lunes arrancó muy mal con los índices de audiencia: marcó un 3,3% de share con 660.000 espectadores. Eso quiere decir que nació sin levantar siquiera expectativas. Tampoco creo que las vaya a crear según lo visto porque está más que revisto.
DdA, XII/3222
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